Ha llegado la hora de la rentrée. Para algunos significa comprar material escolar nuevo, para otros volver a la rutina de su trabajo o de sus obligaciones diarias y para algunas de nosotras significa que han llegado las colecciones de otoño invierno a las tiendas.
El que ya estén aquí las prendas y accesorios de la nueva temporada puede resultar una frivolidad. Lo que no es nada frívolo es malgastar un sueldo en adquirir cosas que no usaremos, ni esta temporada, ni la siguiente. Para evitar llantos y lloros, os propongo los cuatro errores evitar a la hora de desenfundar la Visa oro.
No comprarás algo sólo porque está de moda. Que se lleve el color beige, no quiere decir que tengas que llevarlo tú también. Si te sienta mal, por el tono de tu piel o de tu cabello, olvídate. Lo primero a la hora de comprar algo es que te favorezca.
No comprarás algo sólo porque lo lleve Kate Moss. Si los botines de hombre no son tu estilo, y no van con nada de lo que tengas en tu armario, resultará una compra muy cara, porque una de dos: o no te los pondrás nunca, o tendrás que invertir en el resto del conjunto (pitillos estilo dandy, chaleco, blazer masculina, cardigan ‘oversize’ etc).
No comprarás algo que no sea tu talla. Si el vestido agotado de la marca X, que todo el mundo quiere, ya no está en tu talla, no te lo lleves en una que no sea la tuya. Si te queda grande nunca lo llevarás a arreglar, y aunque lo lleves, nunca quedará como el original. Si te queda pequeño, sé realista, no vas a adelgazar nueve kilos con la dieta de la Zona, que nunca harás.
No comprarás algo solo porque te dice la dependienta que es el último que queda y que está agotadísimo. El furor de tener ‘lo que todo el mundo quiere y pocos pueden conseguir’ es sólo eso: un furor (y añado ‘pasajero’) porque en cuanto se agote algo de la colección crucero, se convertirá en el nuevo ‘must have’ y lo que tú tengas ya no lo querrá nadie, ni en Ebay.