Yo me pregunto en qué momento, pudo llegar a pensar alguien que hacer mallas de danza en algodón grueso color flúor, era una buena idea para montar un negocio. No sé por qué, estaba convencida de que la tendencia ‘aerobic’ murió con el video de Olivia Newton John “Let’s get Physical”. Pero volvamos al lumbreras que pretendió comercializar trapos de algodón a precios poco realistas. Estoy hablando de la firma American Apparel, que lleva en el ojo del huracán fashionista un año, por varios ‘faux pas’ con sus empleados, estrategias de marketing dudosas y grandes perdidas a nivel económico.
Primero se filtró un comunicado poco ético que había circulado la dirección entre los empleados de las tiendas, a los cuales se les obligaba, entre otras cosas, a usar maquillaje muy leve y no teñirse el pelo. Después llegó el escándalo de su CEO Dov Charney, acusado por acosar sexualmente a varias empleadas. No sabemos si ellas usaban maquillaje excesivo o se teñían el pelo.
El CEO de American Apparel, Dov Charney en una de sus tiendas. FOTO: LA Times
Los directivos de la firma dicen que la empresa está cargada de tensión sexual y que esto es lo que motiva a la gente. Lo que explicaría el que los creativos hayan ideado campañas publicitarias con un alto contenido sexual. Y es que llevan años haciendo publicidad con fotos de aire amateur de culos de chicas. No son ni tan siquiera imágenes estéticamente atractivas, son sinceramente perturbadoras, como algo que encontrarías en una web ilegal de pornografía barata, con fotos de chicas que rozan la mayoría de edad.
Ahora llega la noticia de que la empresa va cada día peor, hasta tal punto que se rumorea que podría quebrar. Si el valor de sus acciones baja de 1 dólar durante más de tres semanas, podrían eliminarla de la lista de empresas que cotizan en la bolsa americana. ¿Resultado? Los ‘coolpeople’ tendrán que comprar sus calentadores en tiendas especializadas. Quizás hasta sean de mejor calidad, pero dudamos que existan en color verde fosforito.