Walt Disney me arruinó la vida - Léxico fashionista
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Walt Disney me arruinó la vida

El día que lo descongelen me va a oir, a mi y a todas las niñas que ha traumatizado y acomplejado a lo largo de sus infancias, gracias a un batallón de ‘Princesas Disney‘. Algunas necesitan estilista, otras no son realistas, muchas son demasiado perfectas, y todas son dañinas.

FOTO: tarta adornada con conchas de mar y foto de Coco Rochas vestida de Sirenita para las revista Vogue.

La que necesita estilista: Igual soy yo ¿pero hasta qué punto es bueno que las niñas piensen que un ‘top’ elaborado con conchas de mar es un estilismo aceptable? ¿Alguien ha visto eso en algún ‘streestyle’ del Sartorialist? Me da igual que Ariel sea una sirena, si Lady Gaga puede hacerse un traje con carne, ella se lo podía haber hecho con algas y al menos taparse un poco, que es un dibujo para menores de edad. Mis padres no me dejaron usar un bikini hasta los 16 años… usaba bañadores de una pieza. Y después nos quejamos cuando hay firmas que producen bikinis con relleno para niñas de ocho años.

 

Foto: editorial de la revista Vogue con la modelo Natalia Vodianova y portada del libro “Cinderella Ate my Daughter” o “Cenicienta se comió a mi hija” de Peggy Orenstein.

La que no es realista: Cenicienta perdió su zapato de cristal. ¿Quién pierde un zapato? Si pierdes un zapato es porque has bebido ponche adulterado (quizás sin saberlo o quizás a conciencia). Pero vamos, que a mi no se me pierde un Louboutin de 1.200 euros, ni aunque beba 30 chupitos de Tequila Patrón. Y es más, prefiero volver a casa con mis dos Louboutin intactos que con un príncipe azul.

 

 

FOTO: Rosie Huntington para Bazaar con look étnico y una modelo con look nativo-americano.

 

Las irrealmente perfectas: Lo peor de todo es tener que aguantar que una chica que vive en un bosque, entre los animales, parezca una modelo de Victoria’s Secret. Pocahontas, no solo no tiene pulgas, ni vello corporal, tiene una piel y un cutis envidiables. Y quiero recordaros que en los bosques americanos del norte, no hay ni centros de depilación láser, ni crema del cuerpo de Kiehl’s, ni Crème de la Mer. Y para más insulto la princesa nativo-americana posee un pelo Pantene que ya quisieran las de los anuncios de pelo Pantene. Y no solo no tiene ni champú, ni acondicionadores, ni mascarillas de Kérastase, es que no tiene ni peine. De Rapunzel ni hablamos, porque está claro que lleva extensiones y que entre toma y toma de la película de dibujos animados hay un equipo de Lorena Morlote que le retoca los mechones con las planchas GHD.

 

FOTO: Rapunzel, sin un equipo de estilistas profesionales, armados de productos para el pelo, solo puede existir en la ficción.