Después de varios años desaparecido, vuelve el logo, y en todo su esplendor. Hace un tiempo que ya lo habíamos dado por muerto, al menos porque llevar un logotipo ostentoso, de firma de lujo a la vista, equivalía a una muerte social súbita. Las doble Gs de Gucci tamaño XXL eran solo para el mercado ruso, se entendía.
Céline presentó una camiseta con su logo en su precolección de primavera-verano. Pero lo hizo de forma sutil, con las letras que se asomaban discretamente bajo un top y una chaqueta. Entonces llegó Rihanna, que de sutilezas entiende poco, y decidió que si se había gastado más de 100€ en una camiseta de algodón, quería lucirla. Y así es como acaba una prenda francesa chic en un estilismo «ghetto fabulous».
El resultado inmediato será que se agoten las camisetas en las boutiques de Céline, seguido por una edición made in China y próximamente en un «top manta» cercano, porque no hay nada más fácil que copiar una camiseta blanca con letras negras. Por eso se dejaron de hacer en su día. Pero la moda es cíclica, como todos bien sabemos. Y aunque digan que las segundas partes no son buenas, YSL también se une a la tendencia con su YSL más grande que las letras grandes del cartel del oftalmólogo.
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