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La herencia de Mick Jagger

Hoy se celebran los 50 años de los Rolling Stones. Para celebrarlo, me voy a poner mi sudadera oficial con pitillos de cuero, el single Paint it Black de música de fondo, y voy a recordar los entrañables momentos que he pasado gracias a la banda de rock.

 

 

FOTO: Mick Jagger y Bianca el día de su boda.

 

Quiero darle las gracias a Mick Jagger por los momentos que nos ha regalado y las lecciones de vida que nos ha dado. El primer momento que marcó las elecciones sartoriales de muchas, fue su boda con Bianca Jagger y esa chaqueta de esmoquin blanca de YSL. Aunque la mayoría de mis amigas, ni  yo, habíamos nacido cuando se casaron, llegamos a ver las fotos en algún momento de nuestra adolescencia y al descubrirlas, juramos que nunca nos casaríamos enfundadas en un vestido.

 

FOTO: Keith Richards, que dicen tiene una relación de amor/odio con Mick Jagger.

 

El segundo momento clave fue cuando el Príncipe Carlos le otorgó el título de Sir, por sus servicios en el mundo de la música y demostró que todos somos humanos y que hasta los rockeros más rebeldes sucumben al atractivo de los títulos nobiliarios (aunque supuestamente le costó una bronca con Keith Richards que no estaba nada contento).

 

FOTO: Mick Jagger en un concierto y el nuevo poster de la serie Keep Calm

 

El tercer elemento fundamental de Sir Mick es su look inconfundible e irresistible, de pantalones pitillos ajustadísimos, camisetas de algodón destrozadas a conciencia y demasiado cortas y chaquetas una talla menos, que nunca pasarán de moda y que toda chica aspira llegar a llevar, cuando pierda algún kilo de más. En la nevera, en vez de tener fotos motivadoras de modelos en bikini, tengo fotos de Mick Jagger.

FOTO: los Rolling Stone de viaje con bebidas no indentificadas.

Y la última lección de vida, es que gracias a ellos entendí la importancia de un buen desayuno. Cuando se hospedaron en el hotel Mardaval de Mallorca ,durante una de sus giras, estaban en la misma planta que yo. Y todas las mañanas veía como les llevaban a sus habitaciones bandejas y bandejas de frutas. Qué sanos pensaba yo. Pero más tarde supe, gracias a los cotilleos de los camareros, que en la parte de debajo de los carritos del room service, bajo los plátanos y los kiwis, había un arsenal de botellas de alcohol, supuestamente, para acompañar a la fruta. Viva el estilo de vida de las estrellas del rock.