Un verano más, se llevan los tonos metálicos en todo, desde trajes de noche hasta chaquetas, pasando por bolsos y zapatos. Pero la gran diferencia es que esta vez, los diseñadores han entendido que no todo el mundo acude a fiestas con un «total look» oro (dorado de los pies a la cabeza).
No todo el mundo es capaz de ponerse un estilismo entre Gunilla von Bismark circa 1982 y la mítica colección de Gianni Versace de vestidos de malla metálica. No todo el mundo cena en el Marbella Club, donde los looks marbellíes brillan mucho por su… presencia.
FOTO: Ángel de Antonio.
El remedio sartorial al dilema ha sido bastante simple y eficaz. Ya no hace falta parecerse a C3P0, el robot dorado de «La guerra de las galaxias», para estar a la última.
¿La solución? Ofrecer prendas y complementos con detalles dorados, para aquellas personas que quieran iniciarse en el maravilloso mundo de los toques metálicos. Hablamos de dorado, porque en verano favorece más que el plateado o el cobre. Nos encanta en bolsos, a modo de remates, en zapatos, en la puntera o recubriendo la plataforma, o incluso en vestidos o tops.
Si vas a invertir en algo ahora, opta por chaquetas con tachuelas doradas, ya que ambas tendencias perdurarán en el otoño. También se hacen fuerte las lentejuelas, como detalle, en la solapa o en los bolsillos, o recubriendo la prenda entera.
Como dice Jessie J: “I’m feeling sexy and free, like glitter is raining on me” (me siento sexy y libre como si lloviese purpurina).