A primera vista, esta foto de Jennifer Lopez de juerga no es más que eso: Jennifer Lopez de juerga. La cantante se encontraba en París y salió a festejar el cumpleaños de su hermana en el Club Vendôme. Pero lo importante aquí es su estilismo. El vestido que lleva me llamó la atención y tardé un día entero en identificarlo.
Es de la firma de lujo Azzaro, fundada por Loris Azzaro, la preferida de las amantes de los vestidos disco con punto «vintage»… seguramente porque sean diseños «vintage» con toque disco. Me explico. Desde que murió el señor Azzaro, los directores creativos que han estado al frente de la marca, se han inspirado en los diseños originales de la casa, una y otra vez. El traje de JLO no es más que una reedición de un modelo de los años 70. De hecho, tienen una colección que llaman Héritage que cuenta con modelos «vintage».
Lo bueno de tener un blog, es que en él se pueden hacer suposiciones. No es como un artículo puro y duro donde lo que prima es la investigación y la información. Hoy me voy a tomar la libertad de filosofar sobre el futuro de Azzaro.
Parto de la base que creo que el vestido no llegó a JLO de la mano de un estilista. Creo que ha sido un capricho de la cantante. Creo que se enamoró de él, quizás al verlo en algún escaparate. Lo digo porque no he visto este vestido colgado en ningún «showroom» esta temporada. Para JLO debe de haber sido un «coup de foudre» (un flechazo) como dicen los franceses. Y de ser así, el año que viene nos veo a todas matándonos por este mismo vestido, modelo Graffiti, en todas sus declinaciones. A JLO le llegó el flechazo al corazón y yo tengo una corazonada con la firma.
