Si quieres empezar el año nuevo con buen pie, lo mejor es ir bien calzada. El problema surge cuando no encuentras tus «stilletos» preferidos bajo la montaña de ropa y accesorios que guardas en tu armario, rollo síndrome de Diógenes.
Pon remedio ya, antes de que tengan que hacer una intervención los especialistas del programa «reality» Americano «Hoarders» o te veas viviendo como las hermanas Bouvier Beale en Grey Gardens. Aquí van unos consejos.
Pruébate la ropa que creas que te queda pequeña. Si hay algo que no te cabe, no lo guardes pensando que vas a adelgazar. Cuando de verdad adelgaces ya se habrá pasado de moda. Si llevas más de un año sin usarlo, significa que probablemente no te lo vuelverás a poner jamás. Si nunca lo has llevado a arreglar/acortar/ensanchar etc, olvídate. Saca la ropa que entre en estas dos categorías del armario y sepárala en una bolsa para donar a tus amigas o a la caridad.
Una vez hecha la limpieza procede a reorganizar tu ropa, como hizo Erin Wasson. Personalmente me gusta ordenar todo por colores, porque ayuda a la hora de vestirse. Suelo separar la ropa por categorías. Estas son: pantalones (colgados), faldas (colgadas), jerseys cerrados de cachemire (doblados), jerseys de algodón más sport para estar por casa, para el gym o para los domingos (doblados), jerseys cárdigan (colgados), vestidos de verano (colgados), vestidos de invierno (colgados), vestidos de fiesta (colgados), tops de fiesta, más sport y camisas (todo colgado y junto), camisetas (dobladas), las chaquetas, que van ordenadas por texturas y colores (colgadas) y para terminar, los abrigos de invierno.
La baldas que hay debajo de la ropa las aprovecho al máximo. Suelo poner bolsos, cinturones, pequeños accesorios o incluso bisutería. Para que quede más organizado, he separado gargantillas, collares largos y pulseras, en cajas distintas. Después tengo un espacio separado para los bolsos, que suelo guardar en sus cajas o en fundas, pero siempre dejo a la vista los que estoy usando ese mes, y voy rotando.
Los zapatos tienen su propio hueco en un armario con baldas a parte y también van por colores y por categorías, las botas por un lado, los botines por otro, de día, de noche, las zapatillas de deporte etc. Todo lo que no sea de temporada, porque es muy de verano, está guardado en cajas detrás de los demás zapatos, o incluso debajo de los tops o pantalones colgados, véase lugares donde no pasa nada si no se ven, porque no se está usando. Al ser planas, las bailarinas las he ubicado debajo de los vestidos porque caben perfectamente.
A cada cual su metodología y su lógica, lo importante es no guardar cosas en exceso, porque solo acumularán polvo. No confundamos el «fondo de armario» con un lugar desorganizado, donde van a morir las tendencias (léase la ropa que no usas ni usarás jamás).