Uno de los argumentos que tienen las «fashionistas» más «snob» (y me incluyo) a la hora de invertir en prendas de firmas de lujo, es que si compras «low cost» te arriesgas a coincidir con más gente… por la calle, en un evento -horror- o en una boda -lo cual te ganaría un billete (sin vuelta) al equivalente de Siberia en términos sociales-. Pero este argumento ya no es válido gracias a un documento gráfico sin par…
… Una foto captada por la directora de «Teen Vogue» Amy Astley, que muestra a Marc Jacobs y a Anna Wintour con un abrigo idéntico de Prada en el mismo tiempo y espacio. Personalmente, yo tenía la certeza de que si alguien coincidía con el look de la Papesa de la moda, se autocombustionaría al instante. Ahora que compruebo que no, queda la siguiente incógnita… ¿Cómo es posible?
Pues la realidad es que las firmas de lujo ya no se salvan, porque también masifican hasta cierto punto. También hay que tener mala suerte para coincidir con un hombre. Lo único que nos queda para no ir de clon de nadie, es comprar alta costura y pedir que una vez que realicen nuestro traje, quemen el patrón. Al otro lado del espectro siempre nos queda el comprar ropa «vintage» y rezar para que las demás prendas como la nuestra, ya se las hayan comido las polillas.