Una cosa es que expertos en moda opinen sobre los looks de las celebrities sobre las alfombras rojas, y otra muy diferente que haya gente que se autoproclame parte del cuerpo secreto de la «fashion pólice» o policías de la moda.
Nos encanta el concepto de «vigilantes» fashionistas que reivindican el buen gusto en el vestir. ¿Sus armas? Un Smartphone y una cuenta en Instagram. En USA y en Reino Unido ya tienen un término para esta actividad, se conoce como «stranger shaming» y se traduce libremente por «señalar con el dedo a extraños». Consiste en hacer fotos robadas a la persona que determinan que va mal vestida. Muchas veces se hace a traición, de espaldas, y para no violarle (del todo) la privacidad al individuo en cuestión, suelen dejar la cabeza fuera del encuadre. Hasta existen hashtags propios. Mi preferido #looksimposibles.
Partiendo de esta idea, el concepto del «shaming» (avergonzar) viral está tocando más esferas aparte de la de la moda. ¿Lo último? El «dog shaming» según apunta el periódico británico «The Daily Mail». Y lo mejor… los expertos dicen que el colgar estas fotos en la web puede llegar a herir los sentimientos de las mascotas y que esto debe parar. ¿Mascotas que tienen acceso a internet? Eso sí que es imposible.