Se dice que en el Año Nuevo todos empezamos como un lienzo en blanco, entonces en primavera, ya podremos estrenar obra de arte… en nuestra ropa. Y si no, que se lo digan a Phoebe Philo. La directora creativa de Céline apuesta por trazos de brocha gorda en sus tops y sus faldas largas.
Y hay más. Para los que sean más de arte urbano, los diseñadores Viktor&Rolf usaron «motivos grafiti» en la ropa y Miuccia Prada encargó dibujos de artistas «grafiteros» de verdad para sus estampados.
Las más pijas encontrarán lo que buscan en Chanel, donde Karl Lagerfeld recreó los colores de una caja de acuarelas sobre sus vestidos, además de caracterizar a sus modelos con looks de dueñas de galerías, de marchantes de arte, de coleccionistas o de estudiantes pudientes, con sus portfolios de cuero XXL «chanelizados» y mochilas de las cuales colgaban brochas.
De todas las celebrities, la que se ha adelantado a la tendencia es Kim Kardashian, con su bolso Birkin customizado. Es un regalo de Navidad de su prometido Kanye West. Lo pintó nada menos que el artista neoyorquino contemporáneo de culto George Condo. Lo último de lo último: art-à-porter.