Nadie entiende por qué Kanye West está tan obsesionado con ser diseñador. El cantante ha demostrado que es bueno en lo suyo, componer y cantar, no hace falta que tenga un plan B en corte y confección.
Vale que ahora cualquiera saca una colección de ropa, desde Beyonce con House of Dereon (que diseña su madre) hasta Rihanna con River Island (que crea un diseñador profesional) y pasando por Nicole Richie con House of Harlow. Pero hasta Lindsay Lohan ha entendido que si quieres triunfar en algo, tienes que dedicarle tiempo (ella sacó una colección de leggings hace unos años). O dejas la música, como hizo Victoria Beckham, o te olvidas.
Pues Kanye insiste. Primero se hizo un hueco en el calendario de la semana de la moda de París a golpe de talonario en el año 2011 (gusto no tendrá pero dinero sí). Pero ante las duras críticas de las expertas en moda, no volvió a repetir la siguiente temporada. Pero tampoco desistió en sus propósitos. En el 2013 optó por hacer algo más pequeño, una colección cápsula para la firma francesa APC, que tuvo mejor acogida.
En esta edición de la semana de la Alta Costura vuelve a la carga con otra mini colección para APC. Son prendas muy básicas de fondo de armario, sin mucho más, pero con APC detrás tenemos la certeza de que están bien ejecutadas. No hay mucho más que decir. Y la presentación pasó sin pena ni gloria. Demos gracias que al menos haya desistido en hacer zapatos imponibles a la vez que baratos (costaban 4,500€). Solo se los vimos puestos a Kim Kardashian, cómo no.
Si es que lo que tiene que aprender Kanye es que su lugar es la «front row» no el «backstage».