Hoy en día ya no se consigue fidelidad ni pagando. El diario online de «The Daily Telegraph» cuenta el curioso caso de Rita Ora, fichada por la firma italiana Superga para ser su embajadora de marca, a golpe de talonario, tomando el relevo de la «it girl» Alexa Chung.
Según este diario la cifra que habría negociado la cantante con la marca se elevaba a 200.000€. Sí han leído bien. Pues ni 200.000€ fueron capaces de impedir que Ora se desprendiese de sus Converse. Eso sí es amor. Y es que resulta que la cantante kosovar, ni corta ni perezosa, se plantó unas de colors blancas para una juerga en Mahiki (el club preferido de los londinenses pijos) en Abril del 2013 y allí fue fotografiada.
¿Resultado? Los ejecutivos de Superga decidieron rescindir su contrato y con él su paga, causando la ira de la cantante que les demandó en los tribunales. El caso se ha resuelto fuera de los juzgados, pero no se han hecho públicos los términos del acuerdo.
Lo triste de este caso, es que ya nada se respeta. Las celebrities cobran por lucir firmas en las que igual no creen al 100% o con las que no se sienten del todo identificadas y ni tan siquiera tienen la disciplina de cumplir con un contrato. Pero eso también es culpa de las firmas que no saben elegir a la persona adecuada para esponsorizar. Un claro ejemplo, el de Samsung, en los Oscar. A pesar de haber invertido una suma desorbitada en la gala, se demostró claramente que las celebrities tenían todas un iPhone de uso personal y que no usaban Samsung por mucho que se lo regalase la firma (picha aquí para ver las fotos de Ellen Degeneres y David Beckham).
El ganador de esta historia es Converse, está claro. Ha conseguido publicidad sin hacer nada y sin poner un solo euro. Además es publicidad de la buena, no la que se conoce como «publi-reportaje» o publicidad pagada. ¿Y ya para rematar, qué usa Alexa Chung desde que no es imagen de Superga? Sí lo han adivinado, Converse, una vez más.