La gran parte de usuarios que tienen un Instagram activo son más propensos a engordar que los que no están en esta red social. No es un dato de una universidad estadounidense, es lógica común.
Hace poco, durante un fallo del sistema, leí un Tweet que logró poner las cosas en perspectiva. Decía algo como: «Usuarios de Instagram esperando que se arregle el fallo para poder cenar». Y es que una de las composiciones de fotos más comunes es la de un plato de comida. Pero mirad bien, no son platos «light». Son hamburguesas tamaño XXL, porciones de lasaña de cuatro pisos, gofres con nata y chocolate o maxi-cupcakes. Cuantas más calorías, más «likes».
Y lo más insultante de estas fotos es que el perfil de usuario que las suben son chicas delgadas. Parece que lo que se lleva es hacer ver que comes mucho y mal, pero que no te afecta a la figura. La realidad es que hay mujeres que no engordan al comer perritos calientes con extra de queso. Es un tema genético y de metabolismo. Pero no nos vamos a engañar, esto no se aplica al 100% de las personas que suben fotos de brownies sin parar. Ahora, la cuenta «You did not eat that», pretende ponerle freno a esta actividad engañosa y desenmascarar a aquellos usuarios que mienten sobre su ingesta de calorías diarias.
Nota de la autora: las fotos de comida de este post son todas de mi cuenta de Instagram, y yo sí me lo comí todo (ver la última foto de la botella de Pepto Bismol para asentar el estómago). No temo, para este verano siempre me quedará el burkini.