Existía una sección, en una de las revistas del corazón norteamericanas, que se llamaba «Celebrities are people too!». Y lo decían así, sorprendidos. Siempre me ha hecho gracia. Como si los famosos fueran semidioses que se rigen por reglas no terrenales.
¿Sus actividades humanas sorprendentes según la revista? Ir a comprar un «tchai tea latte» a Starbucks, poner gasolina en su 4×4, recoger la caca de su «tea cup» chihuahua, hacer footing con el entrenador personal etc… actividades mundanas que según esta publicación, les convertía en astros más cercanos.
Pues a mi, estas actividades no me resultan nada interesantes. Las realmente divertidas son aquellas que demuestran que los dioses de Hollywood sufren como el resto de la humanidad: cuando tienen que pasar el control de rayos-X en los aeropuertos… por de eso no se libran ni ellos… y ahora en agosto es cuando más fotos vemos.
Las Kardashian se han tenido que quitar los Louboutins más de una vez (y cruzar descalzas por esa pasarela de plástico infecta), Kate Beckinsale y Lady Gaga han sido cacheadas sin piedad, y Cameron Diaz parece haberlo pasado mal haciendo cálculos mentales del líquido total que llevaba su neceser de viaje.
¿Mi consejo de estilo si vais a viajar en avión? Llevad calcetines en buen estado por si os hacen descalzar; usad un mínimo de joyas y accesorios para no tener que estar tres horas colocando todo en la bandeja de plástico, y que el contenido del equipaje de mano esté bien ordenado, con aquellas cosas más íntimas en el fondo, por si lo abre un inspector delante de todo el mundo.