Mi madre me compró mi primer traje importante a mediados de los años 80. Era de Oscar de la Renta… para mi Barbie. Recuerdo perfectamente el tacto del conjunto de «twin set» dorado con pequeños flecos semi-rígidos, de la falda tubo con raya lateral y el pantalón negro entre ante y terciopelo. Además venía con una bufanda de pelo sintético que yo usaba a modo de pulsera.
De mayor, jamás he tenido un vestido de De la Renta en mi armario, pero sí los he pedido a los «showroom» para fotografiar y he publicado fotos de famosas llevándolos sobre la alfombra roja.
De la Renta fue de los primeros diseñadores en comprender lo potente que era el marketing y que existían otras vías para dar a conocer su trabajo, a parte de la tradicional. Yo solo sé que al hacer esta colaboración con Mattel, sin duda consiguió captar a futuras clientas y estilistas, que de mayores querrían vestir como su Barbie (o en mi caso, vestir a las demás).