Yo entiendo que no hay quien entienda a la “gente de la moda”. Si el año pasado las fashionistas se volvían locas por cestas de mimbre (bueno, eran bandoleras, pero es lo mismo), este año lo que se lleva son los bolsos de red.
Sí, has leído bien, los bolsos de red, como las bolsas de las naranjas, pero con asa. Bueno, vale, algunos seguro que son de algodón con denominación de origen, cultivado por monjes tibetanos y cosidos por las hermanitas de la paz. Pero siguen siendo unas bolsas de redecilla, como la que usas para meter las prendas delicadas en la lavadora o como la que usaba tu abuela para fijar los rulos antes de dormir, más o menos.
Y ojo, hablemos con propiedad, porque este nuevo bolso it tiene un nombre específico, por supuesto en inglés, cómo no, que así parece algo nuevo (se llama marketing amigas, buscadlo en Google). Aquí os lo dejo: se conoce como mesh market bag. Los hay de menos de 5€, que son los auténticos bolsos que usan de toda la vida para ir al mercado en Francia y de más de 300€, que son su versión reinventada por marcas de lujo. Consejo de amiga, cómpralo en Amazon por 3,90€ más los gastos de envio, pinchando aquí.
Aviso al consumidor, perderás la mitad del contenido a lo largo del día, porque todo se escurre por su red. Olvídate de llevar bolígrafo, gloss, incluso llaves, a no ser que lo metas todo dentro de un estuche, o de tu mismo bolso. O puedes comprar la versión de la firma Vetements, que ya viene con un bolso estilo cartera de la abuela incluido. Qué listos son estos diseñadores avant garde. Y solo te sale 1500€ más que el de red solo (os dejo la foto a continuación).
Bueno, no me voy a quejar, que al menos este bolso del verano no raspa, como el del verano anterior (el de mimbre), que me destrozó más de una prenda de lino. Y lo bueno es que cuando me canse, este lo podré reutilizar para hacer la compra en Carrefour y no usar bolsas de plástico que contaminan, que es para lo que de verdad sirve. Al final esta moda va a ayudarnos a ser más concienciados con el medioambiente, como efecto secundario. Seguro que Leo DiCaprio ya tiene el suyo.