Isabel comenta orgullosa el desayuno que presenta a concurso: «es pan de aquí, un pan buenísimo, con aceite extremeño, el queso de rulo de cabra de Alburquerque, el tomate de Talavera y el Pimentón de la Vera». El café torrefacto y cargado, los parroquianos entrando y saliendo y la historia de la abuela de la familia colgada en las paredes.
El marido de Isabel nos pide un favor antes de salir: «Tienes que ir a la Taberna Catalina, ahí en la «Urba». Es de mi hijo Javi. Dile que la nuestra te ha gustado más». Dicho y hecho, aunque Javi no estaba.