En este tiempo han sido un total de 8.000 desayunos. Niños, mayores a los que se les acercaba el desayuno a casa, inmigrantes, personas sin hogar, vecinos del Casco Antiguo… Un proyecto que no puede salir adelante sin el trabajo de los voluntarios que abren muy temprano la casa de Hermandad para preparar el cafecito de puchero y las bolsas. Bolsas que van con zumo y bollería empaquetada, algo de fruta cuando hay (y cuando el tiempo permite su conservación) y acompañadas de un café con leche o un cacao soluble.
Los propios voluntarios han sufragado los productos, en los primeros meses. También hermanos y devotos de la Virgen. Cuando comenzó el confinamiento y el número de solicitantes se elevó (al tiempo que las donaciones disminuían) la Hermandad tuvo que pedir ayuda. Afortunadamente, Badajoz es tierra solidaria y las donaciones particulares ascendieron inmediatamente. Al tiempo que la Hermandad recibía la ayuda de empresas colaboradoras y organizaciones como el Instituto Municipal de Servicios Sociales, Cáritas, Banco de Alimentos…
La Vocalía de Caridad de la Hermandad, los voluntarios y las empresas e instituciones colaboradoras merecen reconocimiento y tu colaboración si es posible. En soledadcoronada.com encontraras más información.