La historia de Forn de Campos, convertido en un referente de la panadería, pastelería y los desayunos en Badajoz, comenzó como un modesto horno de pastelería en Mallorca. Hace ya 20 años, en 2004 se abría la primera tienda en la capital pacense en la que destacaba una especialidad deliciosa y poco conocida en tierras extremeñas: las famosas Ensaimadas Mallorquinas. En 2010 se inauguró el obrador en el polígono industrial El Nevero, con el que la marca consolidaba su presencia en Extremadura, centralizando su producción para abastecer a sus distintas cafeterías en la región. Este nuevo espacio permitió a Forn de Campos llevar su arte culinario a nuevas dimensiones, manteniendo siempre la tradición mallorquina. La posterior independencia en 2012 de la cadena balear marcaron un punto de inflexión, consolidando a Forn de Campos en Badajoz, con cuatro establecimientos, como una marca local con identidad propia.
La tostada se acompaña del café o té elegido por el comensal y por una dulcísima limonada con toques de hierbabuena, proporcionando un contrapunto fresco y energizante.