Y es que este diplomado en Magisterio Infantil que cuenta con un módulo en Formación Profesional II tuvo un premio en el último año de su trayectoria deportiva. Después de fajarse en el barro del fútbol regional vasco, sobre todo en la Segunda B, Añibarro disfrutó -en el más estricto significado de la palabra- de la Liga BBVA.
Este central alto y de constitución física fina disputó durante la pasada temporada 15 partidos con los de Ipurúa, 12 como titular. No debutó, sin embargo, hasta la jornada 19 en Córdoba. Hasta entonces, la infraqueable pareja Raúl Navas-Albentosa no tenía sustitutos. Pero el segundo marchó a Inglaterra y ese hueco comenzaron a disputárselo Ekiza y el propio capitán armero, que disfrutó de la titularidad ante el Barça en el estadio eibarrés.
Contundente, rápido en la anticipación y con un notable sentido táctico, Añibarro también era impecable por alto y, por qué no decirlo, un defensa duro:
Añibarro vio cómo el Eibar perdía la máxima categoría en los terrenos de juego para luego mantenerla en los despachos de la Liga de Fútbol Profesional. Otro regalo más para este vizcaíno que con 36 años tuvo que esperar al último suspiro de su carrera para llegar a lo más alto. Uno de esos guiños del destino para con quien más se lo trabajan día tras día.
PD: Siempre he pensado que este nombre ‘Añibarro’, debe de ser complicadísimo de pronunciar para los narradores y comentaristas que no hablen español. Por eso siempre hay alguien que se preocupa de estos detalles: