No fue centenario en partidos en Primera División, pero Francisco Manuel Ruano es un jugador recordado con mucho cariño en Málaga. Allí fue pieza clave de aquel equipo histórico que ascendió en dos temporadas de Segunda B a la máxima categoría del fútbol español.
Pero antes de llegar a la Costa del Sol, Ruano ya era un jugador curtido en los terrenos de juego. Criado en el fútbol catalán, debutó como profesional en la división de bronce, en la Gramenet. En él se fijó el Atlético de Madrid para su filial, también en Segunda B. De hecho, su estreno en Primera fue con el equipo colchonero: corría la temporada 94-95 y Ruano disputó 14 minutos en un Atlético 1-1 Compostela.
Después de la experiencia en Vallecas, Ruano ‘desciende’ a Segunda División para enrolarse en las filas del Levante. Tras una buena temporada en Valencia, donde anota 8 tantos, el catalán vuelve a Primera para vestir la camiseta del histórico Mérida. En la ciudad extremeña es un habitual en los choques del club emeritense, jugando en 31 ocasiones y aportando 2 goles. Sin embargo, no evita el descenso a Segunda. Es verano de 1997 y, desde que comenzara como profesional cuatro años antes, este centrocampista acumula seis clubes en su trayectoria, demasiado cambio… hasta que el Málaga se cruza en su camino.
El interior diestro acabaría su etapa como jugador en el fútbol catalán, previo paso por el Córdoba, en Segunda División. Hoy entrena al Atlético Malagueño, en Tercera División.