OLA DE CALOR

El trabajo con el que una empresa de Málaga hace frente a la ola de calor: "Como si fuesen a esquiar"

Hay trabajos en los que ocurre todo lo contrario, el calor puede sobrepasar los 50 grados. En establecimientos como asadores de pollos, es imposible poner el aire acondicionado

Trabajar a -40 grados en plena ola de calor: "Me preparo como si fuese a esquiar"

Redacción COPE Málaga

Málaga - Publicado el - Actualizado

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Si pasear, practicar deporte, o simplemente hacer recados se convierten en una misión complicada en plena ola de calor, imagina trabajar en un lugar donde se pueden sobrepasar los 50 grados. Alguna vez has pasado por delante de un asador de pollos o has entrado a comprar en pleno verano y te has preguntado, ¿cómo pueden sus trabajadores soportar esas temperaturas?

Trabajadores como Mariano, de 59 años, lleva 42 trabajando en Pollos San Juan, en el centro de Málaga, un negocio que mantiene sus hornos encendidos entre las ocho y media de la mañana y las cuatro de la tarde. Las claves para hacer frente a las temperaturas tan altas a las que pueden llegar son mantenerse fresco e hidratado: "Bebemos cuatro o cinco litros en la mañana y nos cambiamos de camiseta cada dos horas".

Mariano señala que uno de los problemas de los asadores de pollos es que no hay posibilidad de climatización, pues el aire acondicionado "mueve el calor". Por eso, muchos clientes "se quedan en la puerta" y piden desde ahí.

LA OTRA CARA DE LA MONEDA

En esta pollería no existen trucos para evitar temperaturas que pueden subir más de 50 grados. Pero hay trabajos en los que, en plena ola de calor, tienes que ir abrigado de pies a cabeza: "Trabajamos todo el año desde menos 30 hasta los 10 grados, que es lo máximo".

Él es Iker, tiene 38 años y lleva más de cinco trabajando en las cámaras frigoríficas de congelados SANAMAR. Una vez que llega a su trabajo, se olvida de la ola de calor ya que utilizan ropa térmica debajo del uniforme y encima, ropa acolchada y de protección contra el frío: "Voy como si fuese a esquiar".

Iker tiene dos zonas de trabajo; una que se encuentra a 20 grados bajo cero y otra en la que se llega los 40 bajo cero y donde no se puede permanecer más de un minuto. Iker se viste y desviste vestirse unas cuatro veces por jornada y antes de salir a la calle no se quita la ropa de golpe porque, como señala, con cambios de temperatura tan bruscos "nos pasaríamos todo el año resfriados". Iker asegura que es feliz en su trabajo bajo cero, y más en plena ola de calor.

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