Una ucraniana vecina de Málaga: “Que mi hermano me conteste vivo a los mensajes ya es una alegría”

Kseniia Parkhomenko es ucraniana y vive en Málaga desde hace tres años, aquí trabaja en el sector de la hostelería, en una ciudad que la ha acogido a ella y a su hijo de seis años. Allí en Ucrania viven su hermano y su padre, está preocupada por ellos, pero también por todos sus compatriotas que tan mal lo están pasando.

“Están acostumbrándose a vivir lo que pasa allí, pero a todos los ucranianos -sobre todo a los que lo viven en su piel- lo pasan fatal porque nadie podía esperar lo que está ocurriendo”, cuenta Kseniia en los micrófonos de COPE Málaga.

CONTACTO PERMANENTE

Ella está en contacto permanente con su hermano “cada hora, por lo menos un mensaje de 'Hola, ¿qué tal?' y que responda vivo ya es una alegría”, dice.

Kseniia no tiene más familia en Málaga que su hijo, al que se ocupa de explicar lo que está ocurriendo en su país: “Yo le cuento, le enseño todo porque él tiene que saber la verdad, lo que pasan los niños, sus compañeros -porque durante sus primeros tres años él vivió allí”.

Aunque ella es ucraniana, su madre era rusa (de hecho, su nombre es ruso y ella habla perfectamente el idioma de los dos países) y dice que ella a rusos y ucranianos no los ve como “enemigos”.

AYUDA DESDE MÁLAGA

Esta ucraniana vecina de Málaga no es miembro de ninguna asociación, pero le faltó tiempo para sumarse como voluntaria para echar una mano en las acciones solidarias que el pueblo ucraniano está promoviendo desde aquí. Cuentan con puntos de recogida en localidades de toda la Costa del Sol, y en la Plaza de la Marina, aquí en la capital.

“Lo que la gente ucraniana necesita a día de hoy son medicamentos, porque se están agotando, comida para bebés, ropa de abrigo y alimentos no perecederos” y todo eso se hará llegar a Ucrania con “unos autobuses que ofrecen ayuda para llevar” hasta el país y allí, “en la frontera sale el voluntario ucraniano para recoger esa ayuda y entregarla directamente a las personas necesitadas”. Desde que el conflicto estalló en Ucrania, países, ciudades de todo el mundo se han movilizado para ofrecer ayuda. También las administraciones en Málaga.

Desde el Ayuntamiento de Málaga se han puesto a disposición del Gobierno de Ucrania las plazas de alojamiento en los centros de la red municipal de acogida para los refugiados que salgan del país por los mecanismos oficiales. Igualmente, la Diputación de Málaga ofrece manutención y alojamiento en los centros de La Térmica y La Noria (más de medio centenar de plazas) para los ucranianos a los que la invasión de su país ha sorprendido en España y ahora no quieren o no pueden volver.