Ávila muestra su preocupación por el Papa Francisco

El mundo entero está paralizado queriendo saber cómo está el Papa Francisco que aunque poco a poco, por lo que dicen sus médicos, va mejorando, su pronóstico no deja de ser grave.

En realidad nos está pasando como cuando tenemos un familiar, un poco lejano enfermo, que aunque nos lleguen noticias nuestro corazón y nuestra mente no para de preguntarse: ¿y estará mejor? ¿tendrá buen ánimo?

Hoy El Foco de COPE Ávila lo ponemos en la preocupación de los abulenses por el Papa Francisco. Vamos a hablar con Auxi Rueda, responsable de comunicación de la Diócesis de Ávila y con Julio, un amigo muy especial que el propio Papa tiene aquí, en nuestra ciudad.

El pasado 14 de febrero, el papa Francisco ingresaba en el Hospital de Gemelli para tratar una bronquitis que pronto derivó en una neumonía bilateral. Unos días antes Auxi Rueda, responsable de comunicación de la Diócesis de Ávila visitaba Roma con motivo del Jubileo de los periodistas donde tuvo la oportunidad de estar muy cerca del pontífice.

Dos ocasiones en las que Auxi Rueda observó al Papa cercano, amable, sonriente y aunque en silla de ruedas, aparentemente bien de salud. Una salud que comenzó a preocupar a la periodista, durante el rezo del ángelus.

Marta Yagüez es una joven abulense que por cierto, estuvo en la Jornada Mundial de la Juventud. Recuerda esos días con especial cariño donde tuvo la oportunidad de escuchar las palabras del Pontífice.

Desde un rincón de Ávila se están mandando muchas oraciones hasta Roma. Y es que aunque la Diócesis se haya sumado a esas jornadas de oración por la salud del pontífice hay alguien muy especial para el Papa Francisco que está muy pendiente de los partes médicos. Julio Jiménez es un abulense que guarda muy dentro de sí la amistad con el propio Papa antes incluso que Jorge Mario Bergoglio fuera presentado al mundo como Francisco.

Una amistad entre este abulense y el Papa que comenzó en la juventud de ambos en Argentina, cuando Julio viajó hasta allí para estudiar como novicio de los Jesuitas. Julio volvió a España donde formó su familia en Ávila aunque los kilómetros no han sido un impedimento para seguir alimentando el don de la amistad.

Son muchas las anécdotas que Julio, su mujer y sus hijas han vivido con el propio Papa. Anécdotas que viven como un regalo íntimo y un tesoro que cuidar. Ahora cumplen lo que el Papa Francisco les pide en cada una de sus cartas: “que recen por él”. Julio incluso ha aprovechado a mandarle un mensaje de cariño.

No sabemos si este mensaje llegará hasta esa habitación del Hospital Gemelli donde el santo padre está recuperándose, una recuperación que va despacio, pero que confiamos, llegue con totalidad muy pronto.