DON DANIEL LLORENTE FEDERICO, UN OBISPO EN LA MEMORIA

Dos actos para conmemorar la figura de don Daniel. Medio siglo después, hemos querido, a modo de homenaje, recordar quién fue este obispo.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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«No cabe apreciar que se produzca un riesgo para la salud pública, porque la suspensión del número máximo de 25 personas no afecta al límite de un tercio de aforo, que se mantiene vigente». De esta forma justificaba la pasada semana el Tribunal Supremo la suspensión del acuerdo de la Junta de Castilla y León sobre el númerus clausus de 25 personas de aforo máximo en los templos.

La Justicia respalda de esta forma tanto a los obispos de la región como a los párrocos de nuestra Diócesis, quienes durante la vigencia de esta medida, impuesta a las nueve provincias de la Comunidad, criticaron su escasa fundamentación y proporcionalidad. De hecho, el texto del Supremo advierte de que se trataba de «una medida gravosa con afectación de un derecho fundamental». Recuperado ya el tercio del aforo en los lugares de culto, los pastores de nuestra Diócesis reiteran el ofrecimiento de sus servicios a esta sociedad herida por el dolor de la muerte, la soledad y el desamparo emocional que está provocando esta pandemia.

Y con la recuperación de esta medida, también se va recuperando, poco a poco, el pulso de las actividades presenciales en la Diócesis. Así, el viernes 26, don Luis Resines ofrecía una conferencia sobre la figura de don Daniel Llorente Federico en el cincuenta aniversario del fallecimiento de este Obispo de Segovia. Un día más tarde, el sábado 27, la Catedral acogió la Misa Solemne en memoria del prelado, tras la que tuvo lugar un breve responso junto a la lápida de don Daniel, ubicada en la vía sacra de la seo.

Dos actos para conmemorar la figura de don Daniel. Medio siglo después, hemos querido, a modo de homenaje, recordar quién fue este obispo junto a dos hombres: don Luis Resines Llorente, sobrino del prelado, y don José Luis Díez, coautor del libro «Pedagogo, catequista y obispo: Don Daniel Llorente Federico».

Don Luis describe a su tío como un hombre que puso todo su empeño y trabajo en la promoción de una catequesis explicada y trabajada desde el rigor y la seriedad. Más personalmente, revela que don Daniel era un hombre sencillo, humilde y tímido que siempre estaba atento a las personas.

Como pedagogo, catequista y obispo, don José Luis destaca la faceta catequética de un obispo que cambió por completo la concepción de las visitas pastorales. José Luis asegura que, cuando don Daniel pisaba una localidad, todo el pueblo acudía a verle y, sobre todo, a escucharle, llegando incluso a recordar en la actualidad algunas de las palabras que pronunciaba el obispo en sus enseñanzas.

Y es que, en el terreno evangelizador y pastoral, la figura de don Daniel sobresale por su empeño por dotar a la catequesis de un aspecto pedagógico aplicable en todos los niveles. Así estableció el plan cíclico-concéntrico, mediante el que se superó el plan existente, carente de orden, y se dotó de un mayor rigor. Como recuerda Resines, era tan útil y sencillo, que muchos lo usaron sin conocer de dónde procedía.

Don Luis recuerda a su tío como un hombre cariñoso, del que guarda un impagable recuerdo personal y material, ya que en la actualidad es el portador del anillo obispal de don Daniel, aquél que Pablo VI entregó a los obispos que participaron del Concilio Vaticano II. Por su parte, don José Luis lo recuerda como un hombre delicado, humilde y trabajador, como así también se lo hacen saber las decenas de segovianos que, a raíz de la publicación de su libro, le han hecho llegar sus recuerdos con el prelado.

Finalmente, el sobrino de don Daniel asegura que el mayor legado que el Obispo de Segovia pudo dejar en su Diócesis fue el crear un interés vivo e intensificar la preocupación por la fe, legado que aún pervive.