Schlichting: “No hay modo de pasar página si el relato que se hace del terrorismo es el de una lucha heroica"

La directora de 'Fin de Semana' recuerda los homenajes que se han celebrado esta semana a los sanitarios fallecidos por la covid-19 y a los etarras

Cristina L. Schlichting

Publicado el - Actualizado

5 min lectura

¡Muy buenos días, España!

Hoy es 6 de junio y este domingo la atmósfera tenderá a estabilizarse, aunque se esperan lluvias en la zona mediterránea y cielos nublados. Las temperaturas subirán, sobre todo en Andalucía. esta semana tendremos tiempo estable.

El 'Fin de semana' está marcado por dos homenajes, uno luminoso y otro siniestro. El luminoso fue el realizado ayer en el Templo de Debod, en memoria de los médicos y sanitarios que han dado la vida en la lucha contra el coronavirus. En el acto se han leído los nombres de los 19 médicos fallecidos y el secretario general de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid, Julián Ezquerra, ha recordado que cada 72 horas la profesión sanitaria ha perdido a un compañero por hacer frente a la pandemia, muchas veces sin los medios necesarios para protegerse. La Asociación solicita que se recononozca el covid como enfermedad profesional de estas personas en primera línea.

Es hermoso agradecer el esfuerzo de los que han dado su vida por todos nosotros. Y conviene mantener viva la memoria y hacer justicia a sus familiares. La memoria construye la sociedad y hace mejor a un país y educa a sus generaciones en la generosidad y la entrega.

HOMENAJE A LOS ETARRAS

Por eso es tan triste el otro homenaje, el que este fin de semana celebra en Bilbao, durante tres días y gracias al apoyo del ayuntamiento, al etarra Txabi Echebarrieta. El viernes tuvo lugar una conferencia en su memoria en el centro municipal Iabiondo, en el casco viejo bilbaíno. Hoy, a las 11.30 el homenaje será en la plaza dedicada al etarra y a su hermano en Bilbao. La Asociación Dignidad y Justicia, presidida por Daniel Portero ha presentado una denuncia en la Audiencia Nacional contra esta serie de homenjaes.

Las víctimas denuncian también la colaboración del Ayuntamiento, donde gobierna el PNV con el apoyo del Partido Socialista.

Txabi Etchebarrieta mató al guardia civil Jose Pardines cerca de Tolosa en 1968. Como era pleno franquismo se ha constituido en bandera de los que disculpan los asesinatos en aquella época y como adalid de la lucha armada de la banda terrorista.

El 7 de junio de 1968 el coche en el que viajaban Etxebarrieta e Iñaki Sarasketa fue detenido por un control de la Guardia Civil en Aduna (Guipúzcoa). ETA todavía no había tomado la decisión de llevar a cabo la lucha armada, por ello Sarasketa, años después manifestó: “Supongo que el guardia civil se dio cuenta de que la matrícula era falsa. Al menos, sospechó. Nos pidió la documentación y dio la vuelta al coche para comprobar. Txabi me dijo «Si lo descubre, lo mato»…Le contesté: «No hace falta, lo desarmamos y nos vamos»… Salimos del coche. El guardia civil nos daba la espalda. Estaba de cuclillas mirando el motor en la parte de atrás… Susurró: «Esto no coincide...». Txabi sacó la pistola y le disparó. Cayó boca arriba. Volvió a dispararle tres o cuatro tiros más en el pecho. Había tomado centraminas y quizá eso influyó. En cualquier caso fue un día aciago. Un error. Era un guardia civil anónimo, un pobre chaval. No había ninguna necesidad de que aquel hombre muriera”.

Etxebarrieta y Sarasketa se dieron a la fuga refugiándose en la casa de un cura de Tolosa. Tras permanecer unas horas refugiados decidieron abandonar la casa parroquial, siendo parados inmediatamente por agentes de la Guardia Civil. En ese momento se inició un tiroteo en el que resultó muerto Txabi Etxebarrieta con dos heridas de bala.

El 2 de agosto, en represalia por la muerte de Etxebarrieta y por ser considerado un torturador, ETA asesinó al mando policial Melitón Manzanas aplicándose el estado de excepción en el País Vasco.

Cuando se cumplieron diez años de los sucesos, ETA asesinó también al sargento Acedo Panizo, uno de los integrantes del control en el que murió Etxebarrieta.

Durante algún tiempo hubo un busto de Etxebarrieta en la plaza Urretxindorra, situada en el barrio bilbaíno de Otxarkoaga, hasta que fue retirado por el Ayuntamiento de Bilbao en septiembre de 2004, debido a las protestas de diversos sectores.

Los homenajes este fin de semana coinciden con el anuncio, como cada viernes de nuevos acercamientos de presos de ETA al País Vasco.

Entre los últimos esta vez se encuentra la exjefa de ETA, Anboto, condenada por el asesinato del cartero de Amurrio, Estanislao Galíndez y por ordenar el atentado contra los policías Rafael Leiva y Domingo Durán. Juan Luis Rubenach, condenado a más de 1000 años por el atentado contra el secretario de Ciencia Política, Juan Junquera. De Almería a León ha sido trasladado José Ignacio Krutxaga, autor material del asesinato del ex ministro, Ernest Lluch.

Con estos acercamientos el Gobierno de Pedro Sánchez ha trasladado ya 232 etarras, 93 de ellos con delitos de sangre. Entre ellos el asesino de Miguel Ángel Blanco, el ideológo del atentado de Hipercor y la casa cuartel de Zaragoza donde murieron cinco niñas; el asesino de Fernando Buesa , el de Fernando Múgica y al autor del secuestro de Ortega Lara.

Apenas quedan 9 por acercar.

Es difícil saber cuál es la línea que separa el la injusticia de la venganza. O la que diferencia la justa memoria del deseo de superar la etapa del terrorismo en España.

Pero hay cosa manifioestamente injusta. Y una de ellas son los homenajes de este fin de semana. No hay modo de pasar página si el relato que se hace del terrorismo es el de una lucha heroica. Si las nuevas generaciones crecen justificando los asesinatos y el horrible dolor de los mutilados. Los traumas de familias enteras y la vida desnortada y triste de tantos hijos, vidas y viudos, padres y madres.