Luis Del Val: "Estoy contento porque España está al frente de la Unión Europea en número de ministros"
Publicado el - Actualizado
3 min lectura
Por honestidad debo confesar que esta mañana estoy bastante contento. Estoy contento de que, por fin, España esté al frente de la Unión Europea, tanto en número de ministros como en el de vicepresidentes. Sólo falta que los ministros no sean pacatos en el nombramiento de secretarios de Estado y no nos van a mojar la oreja, ni los británicos, que todavía están en transición de salirse. Subsecretario sólo hay uno por ministerio, pero lo de secretarios de Estado no tiene límites. Es más, algunas direcciones generales podrían ascender a la categoría de secretarías de Estado y no pasaría nada. Por cierto, secretario de Estado es el nombre que la monarquía española adjudicó a los ministros, terminología copiada en otros países, por ejemplo, Estados Unidos, y espero no ofender a los republicanos que pueblan el Gobierno.
Naturalmente esto trae consigo problemas, aunque sean menores. Veinte ministros, cuatro vicepresidentes y un presidente, que suman 25, no caben en la bancada azul. Además, ya está Echenique y las estenotipistas, que es que más que un gobierno va a parecer una manifestación o un viaje de estudios. Otro problema es el de la contaminación, 25 coches oficiales, y sume usted los del presidente del Congreso, vicepresidente, primer secretario, etcétera, que es que comienzan a aparcar y a salir jerarquías y, como los Jerónimos están tan cerca, la gente se va a creer que es una boda de la Casa De Alba. Y eso está en la zona centro de Madrid, especialmente protegida. No me extrañaría nada que la vicepresidente de Medio Ambiente sugiera que los cuatro viajen en el mismo coche, las chicas se podrían poner detrás, algo apretaditas, y Pablo Iglesias, delante. Digo la vicepresidente, como digo la gerente, porque me parece más correcto, y con objeto de evitar que, si me refiero a la vicepresidenta, cuando hable de Pablo Iglesias le tenga que denominar el vicepresidento.
Por fin, como cuando sale un día bueno, resulta que se sale, está la sensata resolución del Supremo de que un condenado en firme a la cárcel no pueda salir a recoger el acta de eurodiputado. Esto se entiende mejor si el acusado se hubiera presentado a las elecciones europeas cuando estaba acusado de disimular que tenía dos piernas, cuando le faltaba una. Sale elegido y, al poco, se comprueba que, en efecto, le falta una pierna, y así se constata en sentencia firme, pero el Tribunal Europeo dice que no, que como ha sido elegido, tiene las dos piernas. Es lo que sucede cuando se interpretan las leyes alejándose del sentido común. Se ha alejado tanto que los prófugos europeos, que huyen de la Justicia de sus países miembros, son recompensados con sueldos y honores, cuando en ningún parlamento de los países miembros de la Unión Europea admiten que los delincuentes sean elegidos. Por si faltara algo José María Jové, negociador de Ezquerra con el PSOE para la investidura, ha sido citado por el Tribunal de Cuentas como responsable de malversación, y se podría iniciar el embargo de sus bienes. Creían que el nuevo Gobierno sería el bálsamo de Fierabrás, pero apenas pasados unos minutos de la investidura, y sin tener todavía el Gobierno, ya ha comenzado a notarse que el bálsamo no es tan eficaz como parecía.