Carmen estuvo retenida hasta la muerte por su hija y su yerno: "Cubierta de orines y de heces"
La Guardia Civil ha detenido en Huelva a los dos familiares que tenían secuestrada a la mujer, que pesaba poco más de 30 kilos y estaba gravemente desnutrida y deshidratada
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Una mujer de 58 años, Carmen Romero, falleció el pasado 31 de diciembre en el hospital de Riotinto, en Huelva. La causa de la muerte fue una infección respiratoria aguda. Sin embargo, tenía deshidratación y desnutrición severa, a penas pesaba más de 30 kilos.
Ahora, la guardia civil ha detenido a la hija y al yerno, personas con las que vivía, por un delito de homicidio doloso y otro de detención ilegal. Carmen tenía una minusvalía del 33% y un alto grado de dependencia, pero sus supuestos cuidadores le habían puesto hasta un candado en la puerta.
Este lunes en 'La Linterna', Ángel Expósito analiza junto a la colaboradora Cruz Morcillo las claves de este caso. Así, el momento en el que se descubre el infierno que está sufriendo Carmen se remonta al pasado 28 de diciembre. Según Morcillo, una ambulancia la lleva desde su piso al hospital con neumonía, y añade que los que la ven afirmaron que “parecía que acababa de salir de un campo de concentración”.
Además de la desnutrición y la deshidratación, la colaboradora señala que también “se había quedado sin músculos de no moverse”. Carmen no respondía, ni podía moverse “de estar tanto tiempo en la cama”. A todo esto, la hermana de la detenida, Sonia, que tenía prohibido ver a su madre, acude al hospital y hace fotos del estado en el que se encuentra su madre.
"Olía a orines, estaba sucia, que parecía un esqueleto"
Morcillo, que pudo hablar con la hija de la víctima, sostiene que al verla “se hundió, que olía a orines, que estaba sucia, que parecía un esqueleto, que no conocía”. Con aquellas fotos que le hace, decide mandar a su vecina a que denuncie los hechos en el cuartel de la Guardia Civil.
Asimismo, Sonia cuenta que había ido más de una vez al cuartel a pedir ayuda, algo que la colaboradora confirma que “corrobora la Guardia Civil”. Pero las autoridades no pueden ayudarla porque “en teoría no se había cometido ningún delito”, ya que Sonia alegaba que creía “que su madre no estaba bien cuidada”.
La única opción que le dieron, conforme ha contado Morcillo, fue presentar una demanda civil en el juzgado para que llevaran a su madre a una residencia y la sacaran de la casa en la que vivía con su otra hija y su yerno. Aunque indica que la hija no se rindió e intentó moverse por otras vías sin poder evitar este final.
"La mujer vivió una película de terror"
Por otro lado, la detención se produce ahora, más de un mes después, porque la Guardia Civil ha elaborado un atestado que tiene “más de 500 páginas” contra la tercera hija de la víctima, Tatiana, de 26 años, y el yerno de 32.
Cruz Morcillo, que tiene conocimiento sobre el contenido de este atestado, manifiesta que “la mujer vivió una película de terror”. Según declaraciones de la enfermera que entró al piso, en la habitación había “un candado, que solo había una cama y que esa cama estaba rodeada de restos de comida putrefacta, que había un barreño con orines y otro barreño con heces”.
Igualmente, una técnica sociosanitaria que acudía dos horas y media a la casa para ayudar a Carmen, cuenta que cada vez que iba “se la encuentra desnuda”, que está “cubierta de orines, de heces, sin desayunar a las dos de la tarde”.
La pareja tenía un bebé de apenas dos años
La técnica asegura que “hace lo que puede” mientras la pareja duerme a esa hora del mediodía, “pese a que tienen un bebé que no tiene ni dos años”. Morcillo afirma que “cada vez dejan entrar menos a la chica” hasta que en diciembre “no le abrieron la puerta”.
Carmen había sufrido un ictus hacía 15 años, y era exalcohólica. Morcillo explica que al principio Sonia se encargaba de su cuidado, pero que hacía menos de dos años la pareja se metió en casa de Carmen y lo primero que hicieron fue "cobrar su pensión". La aislaron de todos, le quitaron el móvil y a partir de ahí, comenzó el infierno para Carmen y su hija, que no pudo salvarla a tiempo.