Antonio Montero, alcalde de la localidad orensana de Avión, en Mediodía COPE

Puede ser la pieza clave, lo que incline la balanza hacia uno u otro lado: los 500.000 gallegos residentes en el extranjero y con derecho a voto. No es la primera vez que los gallegos residentes fuera de Galicia pueden ser decisivos.

En 2005, Manuel Fraga, que aspiraba a un quinto mandato como presidente de la Xunta, perdió la mayoría absoluta por el voto del exterior. El veterano político del PP obtuvo 37 de los 75 escaños del Parlamento gallego, subiendo al poder el PSOE que sumó 38 escaños con el BNG.

En las últimas elecciones, celebradas en 2020, Alberto Núñez Feijóo consiguió el escaño 42 -superaba ya con creces la mayoría absoluta-, con el voto exterior en la provincia de Pontevedra. El PSdG perdió, precisamente en esa provincia, un escaño quedándose con 14.

La peculiaridad del municipio orensano de Avión

Este domingo, en las elecciones del 18-F en las que el PP quiere revalidar la mayoría absoluta con su candidato Alfonso Rueda, también será decisivo el voto de los gallegos que viven fuera de su tierra.

Un caso singular es el pueblo orensano de Avión. No solo en Galicia, Avión es el municipio español con más porcentaje de votantes fuera que dentro del propio territorio. En Avión hay censadas cerca de 1.800 personas, pero son más de 4.300 las que pueden votar. La mayor parte de votantes forman parte del llamado censo CERA (el Censo Electoral de Españoles Residentes en el Extranjero).

Antonio Montero, alcalde de Avión, espera, como ha contado en Mediodía COPE, más votantes después de hablar con sus vecinos "se va a notar mucho más la participación por el sistema de voto, entonces imagino que el porcentaje aumentará y me han transmitido que muchos de ellos ya han emitido su derecho al voto".

Se espera que esos votantes sean bastante más. De hecho, ya hay consulados como el de Ginebra, en Suiza -que es el territorio europeo con más votantes procedentes de Galicia-, donde han votado en torno al 15 % (que parecen pocos, pero son muchos más que el 1 % que votaron en las últimas autonómicas gallegas de hace cuatro años).