La belleza y la verdad de la sexualidad

José Luis Restán

Publicado el - Actualizado

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Ayer, en la Audiencia General, el Papa dedicó su catequesis a la belleza de la sexualidad humana y a su corrupción, que es la lujuria. Francisco comenzó aclarando que en el cristianismo no se condena el instinto sexual. Entre todos los placeres del hombre, la sexualidad tiene una voz poderosa porque implica todas las dimensiones de lo humano, la corporal, la sicológica y la espiritual. La sexualidad solo desvela su significado pleno si se inscribe en una relación y una historia entre dos personas que conduce al amor pleno y verdadero, y ese amor es afirmación gratuita del otro, nunca intento de posesión.

Pocos temas tan actuales como éste: cuando la sexualidad se desengancha de la totalidad de lo humano se convierte en una cadena que priva al hombre de su libertad. Y en este punto, Francisco señaló una lacra que está ahora todos los días en las portadas de nuestros periódicos, la pornografía, que es busca una satisfacción sin relación humana, y así generar formas de adicción. No se anduvo por las ramas el Papa al señalar que la lujuria “devasta las relaciones entre las personas”, volviéndolas tóxicas. “Amar, dijo Francisco, es respetar al otro, buscar su felicidad, reconocer en él un cuerpo y un alma que no son nuestros y que hay que contemplar por la belleza que encierran”. En cambio, la lujuria saquea, roba, consume de prisa, no quiere escuchar al otro sino sólo a su propia necesidad y placer. ¿No es esta una seña de identidad de nuestra cultura actual? Me vienen a la memoria unas palabras de Benedicto XVI: “hoy es necesario humanizar la sexualidad”.

La castidad, palabra desgastada y triturada que los propios cristianos no hemos sabido presentar adecuadamente con frecuencia, consiste en un amor que no pretende poseer al otro, sino tratarlo conforme a su valor infinito. Francisco concluyó diciendo que “debemos defender el amor, el amor del corazón, de la mente, del cuerpo, el amor puro de donarse recíprocamente”. Esa es la belleza y la verdad de las relaciones sexuales.