El bien está a nuestro alcance
Para conseguir un mundo mejor se han diseñado programas y se han iniciado revoluciones que, paradójicamente, han provocado sufrimiento e injusticia
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Esta tarde, en el teatro Capitol de Madrid, tendrá lugar la entrega de los Premios por un Mundo Mejor que otorga cada año, a las puertas de la Navidad, el programa de Cadena 100 “Buenos días, Javi y Mar”. Para conseguir un mundo mejor se han diseñado programas y se han iniciado revoluciones que, paradójicamente, han provocado sufrimiento e injusticia. En otras ocasiones se ha pensado que todo es inútil, que para qué implicarse y luchar si nada cambia, si todo parece determinado. Y, sin embargo, el bien está siempre a nuestro alcance, siempre, en cualquier circunstancia.
El Papa Francisco coloca en el centro de su encíclica Fratelli Tutti la parábola del “Buen samaritano”. Junto a un hombre que yacía en el camino tras ser apaleado por unos bandidos, pasaron gentes importantes, con inteligencia y recursos, que no quisieron entretenerse, o mancharse, o complicarse la vida… y miraron para otro lado. Hasta que llegó un samaritano que se inclinó hacia él, le curó como pudo, le llevó hasta una posada y dejó pagada la cuenta de los cuidados necesarios hasta que se repusiera por completo. Hubo dos cosas decisivas en esa acción: una mirada, hasta el fondo, de lo que tenía delante (“un corazón que ve”, decía el Papa Benedicto) y una libertad que se movió en consecuencia. Ninguna de las dos es automática.
Entre los premiados hay historias de acogida, de educación, de curación, de acompañamiento a los más vulnerables, de heroísmo para salvar a gente en peligro… Recorrer estas historias y decir en alto estos nombres es un ejercicio de memoria buena para un mundo amenazado de desesperanza y de escepticismo. Es también un reclamo para generar contextos humanos (familia, escuela, asociaciones, comunidades, grupos de amigos) donde se eduque y se haga forma de vida el servicio al otro.
Señalando a los más sencillos y vulnerables, Jesús estableció una medida que nos produce vértigo: “lo que hicisteis a uno de estos, mis humildes pequeños, conmigo lo hicisteis”. De ahí nace el verdadero impulso por un mundo mejor.