Testigos de lo que no muere

José Luis Restán

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En estos días leo la autobiografía del médico japonés Paolo Takashi Nagai, que es también la historia de su esposa, Midori Moriyama, gracias a la cual se convirtió a la fe católica. Takashi había crecido en la tradición sintoísta y durante su juventud había abrazado un ateísmo cientificista que crecía entre la clase ilustrada de un país que se abría a la modernidad. Midori, por su parte, pertenecía a la increíble historia de los cristianos ocultos del Japón, que mantuvieron viva la fe durante siglos de terrible persecución, sin el apoyo de sacerdotes y sin contacto con la Iglesia universal.

El doctor Nagai fue un gran científico, pionero en el campo de la radiología, pero pronto descubrió que la ciencia (que le entusiasmó hasta el último suspiro) no era suficiente para responder a la sed de sentido y de felicidad que le definía. Gracias a su autenticidad y sencillez, pudo abrirse a un camino que para un japonés ilustrado de la primera mitad del siglo XX era el más imprevisible. Y pudo dar ese paso gracias a la compañía fiel y discreta de Midori, una mujer totalmente plasmada por la fe cristiana.

La historia de Takashi y Midori es, a un tiempo, sencilla y épica. Tuvieron dos hijos, él trabajaba sin descanso en el hospital universitario de Nagasaki y ella cuidaba del hogar familiar. Pero atravesaron todas las tormentas imaginables, guerras y enfermedades, con la certeza alegre de la fe, hasta que la bomba atómica arrasó su ciudad. Takashi sobrevivió y al volver a casa sólo pudo encontrar el rosario de Midori junto a algunos restos óseos. Para entonces ya estaba enfermo de leucemia por su exposición a las radiaciones. Frente a la horrenda devastación que dejó la bomba, el doctor Nagai decidió vivir “para lo que no muere”, y se convirtió en punto de esperanza y de reconstrucción imponente para Nagasaki y para todo Japón. Actualmente, está abierta la causa de canonización de estos esposos cuya vida, por tantos motivos, es un poderoso mensaje para los cristianos que vivimos este momento de la historia.