Desde Jerusalén
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Al comenzar la Semana Santa, este año más que nunca, es importante mirar a Tierra Santa. El Domingo de Ramos, el Patriarca Latino de Jerusalén ha presidido la procesión de las palmas desde el Monte de los Olivos hasta la iglesia de Santa Ana, y ha recordado que, especialmente ahora, “es más importante y necesario gritar con fuerza que Jesús es nuestro Señor”. El cardenal Pizzaballa ha reconocido que “quizás en estos últimos meses nos hemos sentido perdidos, desconcertados, abrumados por tanto odio… por eso es importante estar aquí, y gritar con fuerza y fe que tenemos un referente, Jesucristo. ¡Que no estamos solos ni abandonados, que no tenemos miedo!”
La Tierra de Jesús está hoy invadida por el odio y rencor. “¡Ay de nosotros si nos dejamos contaminar por todo esto!”, ha clamado Pizzaballa. “Jerusalén es la Ciudad sagrada para todos, pero a menudo profanada por nosotros, sus habitantes; a menudo, nuestras relaciones están marcadas por la posesión y la exclusión”. Y a continuación ha orado por la paz, “que es una acogida cordial y sincera de los demás para que el miedo y la sospecha dejen paso al conocimiento y a la confianza”. También se ha dirigido a los cristianos que permanecen en Gaza, a los que ha agradecido su testimonio de fortaleza y valentía. “Sabemos muy bien lo difícil que es permanecer dentro de esa noche terrible que parece no tener fin, resistir unidos y firmes, dentro de la violencia que os rodea… También para vosotros, como para todos, llegará el amanecer del tercer día, el anuncio de la resurrección”.
El mensaje de la Iglesia de Jerusalén vale para todos nosotros en cualquier lugar del mundo y en cualquier circunstancia que atravesemos: “queremos vivir estos días con serena confianza en la intervención de Dios en la historia, en nuestra historia, en nuestra vida. Él no nos deja solos. Sabemos que Aquel que resucitó a Cristo de entre los muertos también nos dará vida a todos nosotros por medio de su Espíritu. Lo creemos, también para nosotros, aquí, hoy, ¡y lo confirmamos con alegría y determinación!”