No tenemos otro bando que el del Evangelio

Luis Argüello y José Cobo, presidente y vicepresidente de la CEE, quisieron saludar ayer conjuntamente al pueblo de Dios y a la sociedad española. Un gesto subrayado por la afirmación del nuevo presidente de que, pese a las clasificaciones de los medios, “no formamos parte de bandos distintos, no tenemos otro bando que el del Evangelio y el Reino de Dios”. Fue una comparecencia breve pero sustanciosa, nada formalista, marcada por dos líneas de fuerza: comunión y misión para ofrecer a un mundo sediento la Buena Noticia del Evangelio encarnado en el testimonio de los cristianos, especialmente de los laicos en todos los ambientes. En ese sentido, Argüello expresó el deseo de que los laicos “tiren de nosotros, que su deseo de estar presentes espolee nuestro ministerio episcopal para iluminar la realidad desde el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia”.

La Iglesia existe para la misión, y eso implica también una escucha atenta: en primer lugar, de las pobrezas del corazón, la soledad y la falta de sentido; pero también de las pobrezas materiales, las dificultades de los jóvenes para encontrar empleo y vivienda, y para construir una familia, las penalidades de los inmigrantes… para todas esas pobrezas, la Iglesia tiene que ofrecer la respuesta que nace del Evangelio. También hablaron del anhelo latente en nuestra sociedad de una regeneración ética, de espacios para el encuentro y la reconciliación. La Iglesia tiene también esta vocación de servicio al bien común desde su propia identidad.

Finalmente, el arzobispo de Valladolid señaló que, por un lado, “los números” de la institución parecen disminuir, y el alejamiento de muchas personas de la tradición cristiana es evidente, pero, “si estamos atentos, descubriremos también muchos latidos del corazón humano para los que el Evangelio de Cristo tiene una luz y un suelo firme que aportar”.