Álvaro llega a Talavera de la Reina y se prepara para empezar su peregrinación al Santuario de Guadalupe

El pequeño Álvaro, junto con su padre Ildefonso y su padrino Carlos, ya están en Talavera de la Reina desde donde empezará la peregrinación al Santuario de Guadalupe. Los tres peregrinos van a recorrer un tramo del Camino Real y caminarán 120 kilómetros a pie, partiendo desde la ciudad de Talavera de la Reina. Este recorrido lo realizarán en seis etapas, concluyendo en la Puebla de Guadalupe el próximo 22 de junio.

El pasado 27 de mayo conocíamos que Álvaro iba a emprender esta nueva peregrinación, un anuncio que se realizó en la cuenta de Twitter que crearon el pasado verano, 'El Camino de Álvaro', para compartir con los usuarios cómo estaba siendo la peregrinación a Santiago de Compostela.

Las peticiones de la comunidad

Álvaro, de 16 años, padece una discapacidad mental, pero ello no implica para nada un obstáculo para mostrar su profundo amor a Dios y poner en marcha retos de este calado. La aventura comenzará este jueves, 17 de junio. La familia ha partido hoy de Málaga hasta Talavera, donde comenzará el camino de manera oficial.

El pasado sábado, el párroco de Álvaro y su padre Ildefonso bendició esta peregrinación, y pidió a Dios que ambos puedan hacer llegar a la Virgen todas las peticiones que recibieron de su comunidad. “La verdad es que son peticiones muy profundas, te llegan al alma y eso te hace que realmente veas que el camino que vamos a hacer, que es duro, tiene una misión y es la de entregar todas estas peticiones y vemos la necesidad de oración que tiene todo el mundo. Vamos con alegría y acompañado con Álvaro todo se hace más fácil”, comentaba en declaraciones a Aleluya su padre el pasado 29 de mayo.

La bendición del sacerdote antes de la peregrinación

El momento en el que el sacerdote bendecía el camino a Guadalupe ha sido inmortalizado en un vídeo grabado por uno de los presentes en la parroquia. En ella se podía ver a un Álvaro muy feliz.

Tanto es así que su padre, que estaba a su lado, tuvo que pedir que controlara su emoción unos instantes para dejar al párroco finalizar la bendición que duró unos segundos.