La Iglesia polaca pide a los obispos de Rusia y Ucrania que unan esfuerzos para evitar la guerra
El arzobispo Stanislaw Gadecki, presidente del episcopado, recuerda que ambos pueblos son cristianos y que «las guerras son a menudo causas de otras guerras»
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Prosiguen los llamamientos eclesiales contra una hipotética guerra en Ucrania. Este martes 15 de febrero es el presidente de los obispos de Polonia el que ha alzado su voz «para evitar el sufrimiento y la muerte de miles de seres humanos inocentes». Lo ha hecho en una carta que ha dirigido a los obispos católicos y ortodoxos de Rusia y Ucrania, a los que invita a sumar «nuestras fuerzas» para alejar el fantasma de la contienda, exhortándoles a celebrar «una oración común por la paz». «Me dirijo a vosotros, queridos hermanos, como obispo de un país adyacente tanto a Rusia como a Ucrania. Nos une una historia común y la santa fe cristiana. Unamos, pues, nuestras fuerzas espirituales como fieles en Cristo de las diferentes confesiones de Rusia, Ucrania y Polonia, elevando juntos una sentida oración a Aquel que es la Paz misma para alejar el espectro de otra guerra en nuestra región», escribe Stanislaw Gadecki.
El llamamiento del presidente del episcopado polaco recuerda que todas las guerras son «una tragedia». En ellas mueren cientos o miles de personas, y millones más sufren heridas internas difíciles de curar. Ambos pueblos, además, el ruso y el ucraniano, son «cristianos y eslavos». «Desde el punto de vista humano y desde la perspectiva del juicio divino, estos dos pueblos deberían tener mucho en común y tender no al odio sino al respeto mutuo y a la amistad», constata.
No obstante, el arzobispo de Poznan añade también, en lo que supone un claro rechazo de las posiciones de Moscú, que «una condición indispensable» para la paz «es el respeto de los derechos de los pueblos, incluido el derecho a la autodeterminación y a la integridad territorial».
Gadecki cita en su declaración el mensaje de Juan Pablo II para la Jornada Mundial de la Paz del año 2000, en el que el santo Papa polaco afirmaba que «las guerras son a menudo la causa de otras guerras, porque alimentan odios profundos, crean situaciones de injusticia y pisotean la dignidad y los derechos de las personas». Por lo general, añade, no resuelven los problemas que las causan y «no solo son terriblemente perjudiciales, sino también inútiles». «Toda guerra es una locura», concluye Gadecki antes de pedir a los fieles que recen «para que el Señor convierta los corazones de los gobernantes del ansia de guerra y destrucción, y los vuelva a la misericordia y a la paz».
Silencio en la Iglesia ortodoxa rusa
Este último domingo, tanto el Papa Francisco como el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, han hecho sendos llamamientos a la oración para que se evite otra guerra en Europa. No ha habido tal por parte del patriarca ortodoxo ruso, Kirill. La última alusión a la cuestión ucraniana en la web del patriarcado de Moscú data del 29 de enero.
En su entrevista semanal en un programa de televisión, el metropolita Hilarión de Volokolamsk, presidente del Departamento de Relaciones Exteriores del Patriarcado, se refirió a los «rumores sobre una posible guerra entre Rusia y Ucrania» en estos términos: «Como clérigo y como ciudadano, me preocupa mucho lo que está ocurriendo a nuestro alrededor, así como las declaraciones que se escuchan desde distintos lados. (…) Estoy profundamente convencido de que una guerra no es un método para resolver los problemas políticos acumulados. Por lo tanto, los políticos y todos nosotros debemos hacer todo lo que esté en nuestras manos para evitar la escalada del conflicto y el desarrollo de los acontecimientos de los que hablan hoy los estadounidenses».
Llamamiento de los obispos de Italia
La presidencia de la Conferencia Episcopal Italiana también ha pedido que se hagan los máximos esfuerzos para parar un conflicto de consecuencias imprevisibles. «Es responsabilidad de todos, comenzando por los foros políticos, nacionales e internacionales, no solo evitar el uso de las armas, sino también cualquier discurso de odio, cualquier referencia a la violencia, cualquier forma de nacionalismo que conduzca al conflicto. ¡Ya no hay lugar para las armas en la historia de la humanidad!».
El pronunciamiento del episcopado italiano, dado a conocer ayer, festividad de los santos Cirilo y Metodio, copatrones de Europa, continúa señalando que «los pueblos están llamados a vivir juntos en paz» y que «la cooperación y el diálogo, acompañados de la diplomacia, son la regla y el estilo de las relaciones internacionales».