México: La diócesis de San Cristóbal de las Casas pide que cese la persecución a sus sacerdotes

Hasta siete presbíteros y agentes de pastoral han sido acusados de hechos violentos y detenidos en los últimos meses por su labor de pacificación en las comunidades indígenas

México: La diócesis de San Cristóbal de las Casas pide que cese la persecución a sus sacerdotes

José Ignacio Rivarés

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

La diócesis de San Cristóbal de las Casas, en Chiapas (México), pide que cese la «persecución, represión e intimidación» de sus sacerdotes y agentes de pastoral. Lo único que hace el personal religioso, afirman los obispos Rodrigo Aguilar (titular de la sede) y Luis Manuel López (auxiliar) en una declaración, es acompañar en su sufrimiento a los pueblos indígenas y buscar una «verdadera vida» para los mismos. Los prelados recuerdan al Estado que debe garantizar su seguridad y le responsabilizan de «cualquier agresión» que puedan sufrir.

Aguilar y López defienden el trabajo de pacificación que hacen sus curas y agentes de pastoral en las comunidades indígenas, azotadas por la conflictividad social y la violencia. En Chiapas —un Estado que adquirió notoriedad mediática mundial a raíz del alzamiento en armas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) el 1 de enero de 1994— hay actualmente numerosas situaciones de conflicto relacionadas con la propiedad de la tierra, la minería, el medio ambiente, la trata de personas, y la presencia creciente del crimen organizado y el narcotráfico.

Las autoridades han arrestado hasta ahora a siete presbíteros, pero hay también amenazas e intimidaciones a más, y estas —dicen los obispos— no han tenido hasta ahora tanta repercusión informativa.

Los curas detenidos son Manuel Sántiz Cruz, de la parroquia de San Juan Cancuc, indígena tzetzal y defensor de los derechos humanos, quien fue apresado junto a otros cuatro religiosos violando sus derechos; y Pedro Cortés López y Diego Mendoza Cruz, detenidos también violenta e ilegalmente. Sobre otro conocido presbítero, Marcelo Pérez, pesa una orden de arresto que hasta ahora no se ha llevado a efecto. La Fiscalía pretende involucrarle en el secuestro y desaparición de 19 personas hace un año por parte de un grupo de autodefensa llamado «El Machete».

ctv-fus-marcelo-perez

Pérez, sacerdote de etnia tzotzil y responsable de Pastoral Social de la diócesis, es objeto de intimidaciones «desde hace varios años» por su labor de defensa de los derechos humanos en las comunidades. En las últimas horas él mismo ha desmentido haber sido encarcelado, como había publicado algún medio.

Las autoridades, desbordadas o cómplices del crimen organizado

En su declaración, fechada el 3 de julio, los obispos de San Cristóbal denuncian que el narcotráfico tiene presencia en las estructuras policiales, judiciales y políticas, y que las autoridades de los tres niveles de gobierno «se ven rebasadas, permisivas y/o coludidas por el sistema de control» del crimen organizado. La diócesis clama asimismo contra aquellas personas y grupos que solo buscan la máxima ganancia a cualquier precio, sin importar el sufrimiento de los más pobres. «Ha sido muy clara —escriben— la implementación de las estrategias del sistema económico-político que nos gobierna, cuando una comunidad se organiza en defender su tierra y territorio, en cuidar de su gobierno comunitario por usos y costumbres, cuando se denuncian las injusticias que cometen, a veces, las mismas autoridades de las comunidades, municipios, etc.».

San Cristóbal de las Casas (unos 215.000 habitantes) fue escenario el día 5 de una manifestación para denunciar esta situación. La marcha «por la verdad, la justicia y la paz» transcurrió entre la iglesia de María Auxiliadora y la catedral.

Recuerdo y homenajes a los sacerdotes asesinados

México está recordando estos días a todos los sacerdotes y religiosos asesinados en el país en los últimos años. Según el Centro Católico Multimedial, desde 1990 y hasta hoy han muerto violentamente 58 sacerdotes, un diácono y un seminarista. Otros dos curas figuran también desde hace años como desaparecidos. Una de las primeras víctimas de la lista es el cardenal Posadas Ocampo, asesinado en el aeropuerto de Guadalajara en 1993.

Este 10 de julio, cuando todavía resuenan los lamentos por las dos últimas víctimas, los jesuitas de la Sierra Tarahumara Javier Campos y Joaquín Mora, la Iglesia mexicana ha celebrado una Jornada Nacional de Oración por la Paz. En las celebraciones dominicales se han expuestos sus fotos de los sacerdotes y se ha recordado sus vidas de entrega a los demás. La Jornada ha sido la primera de las varias celebraciones por la paz que tienen lugar estos días en el país: misas y oraciones comunitarias por las víctimas y los desaparecidos en lugares significativos; actos en recuerdo de las mujeres, periodistas y activistas sociales asesinados; procesiones por la paz, etc. En las misas del día 31 se va a pedir asimismo por los victimarios —para la conversión de sus corazones— y las instituciones gubernamentales.

Las comunidades indígenas de la Sierra Tarahumara seguían hace unos días recordando a los padres jesuitas y exigían justicia para ellos y paz para su tierra.