Mumbiela: «El Papa viene a apoyar la multiculturalidad y armonía interreligiosa de Kazajistán»

El obispo altoaragonés, presidente de la Conferencia Episcopal del país, reconoce que Francisco está muy limitado físicamente y que tendrá que economizar movimientos

Mumbiela: «El Papa viene a apoyar la multiculturalidad y la armonía interreligiosa de Kazajistán»

José Ignacio Rivarés

Publicado el - Actualizado

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El obispo de la Santísima Trinidad de Almaty y presidente de la Conferencia Episcopal de Kazajistán, José Luis Mumbiela, ha puesto en valor el Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales en el que participa el Papa Francisco en su visita a Nursultan, capital de esta república centroasiática de más 2,7 millones de kilómetros cuadrados y solo 18 millones de habitantes. El objetivo último del evento, ha subrayado el prelado este miércoles 7 de septiembre en un encuentro telemático con periodistas organizado por la fundación pontifica Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), es «que las religiones se comprometan, todas, con la paz mundial»: concienciar de que «la religión nunca puede ser un instrumento para el mal» y de que todo sentimiento religioso «auténtico» conduce siempre a la paz y a la concordia. «La religión es un camino de paz, y si hay terroristas eso no es religión», ha recordado.

Mumbiela, de 53 años, ha afirmado que el Papa «valora mucho» la búsqueda de paz y concordia entre religiones, etnias y nacionalidades de Kazajistán, y dice que «viene a apoyarla». En el país conviven en relativa armonía más de un centenar de grupos nacionales y étnicos distintos, así como una cuarentena de confesiones religiosas.

El Congreso de Líderes de Religiones al que va a asistir el Santo Padre tiene su «prehistoria» en los encuentros de religiones convocados por san Juan Pablo II, según el obispo, que confiesa sentirse «muy contento y orgulloso» de que haya sido su país de misión el que haya recogido el testigo de la llama del «espíritu de Asís», en lo que ha calificado de «un gesto profético».

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El obispo oscense reconoce asimismo que al igual que la visita de Juan Pablo II de 2001, acaecida solo diez días después de los atentados del 11-S, sirvió «para apoyar la independencia» de Kazajistán tras la disolución de la Unión Soviética, la llegada de Francisco ahora representa «un apoyo al gobierno» del presidente Tokayev tras las revueltas vividas en el país el pasado mes de enero, que no pudieron ser sofocadas más que con el envío de tropas por parte de la Rusia de Putin.

Ausencia del patriarca Kirill

La presencia papal en Nursultan supone «un aldabonazo» al foro, considera Mumbiela, que forma parte de la delegación oficial que acompaña al Santo Padre en el evento. Es la primera vez que asiste al Congreso, pues normalmente lo hace el obispo anfitrión.

El presidente del episcopado de Kazajistán ha restado importancia a la ausencia en él de Kirill de Moscú, cuya presencia en un primer momento parecía asegurada. «El hecho de que no venga el Patriarca no hay que verlo como una ruptura o un fracaso», ha dicho. «Se da una importancia mediática excesiva al hecho de que venga o no. Si viene, bien, estupendo, genial, pero si no, no pasa nada: se continúa el diálogo, se envía una delegación, y el Vaticano sigue con sus diálogos por otros lados». El diálogo con la Iglesia ortodoxa rusa no está roto, recuerda.

El obispo de Almaty afirma, asimismo, que desconoce si el Papa va a decir algo sobre la guerra de Ucrania —«no tengo ni idea»— y constata que «es complejo tener a todos contentos» y que el Santo Padre es criticado «diga lo que diga». «Yo creo —dice al respecto— que lo que diga el Papa bien dicho estará; lo tendrá bien pensado y rezado, y lo dirá midiendo todas las palabras. Es consciente de dónde está, de quién lo oye, y de por qué está».

Lo que sí ha confirmado el prelado altoaragonés es que el Santo Padre limitará mucho sus movimientos por consejo de los médicos. «Una de las propuestas que hicimos los obispos para preparar la visita era que fuera a Karaganda o a algunos de los lugares de represión soviética, pero la situación física del Santo Padre no permite grandes cosas, pues está muy limitado (…) Economizará todos sus movimientos, incluso dentro del programa ya establecido», ha afirmado.

La agenda deja espacio para posibles encuentros privados con otros líderes religiosos, pero Mumbiela ha dicho que ignora con quién se reunirá el Santo Padre. En las últimas horas se ha especulado con la posibilidad de que pudiera entrevistarse con el presidente chino Xi Jinping, de visita oficial el día 14 en el país, y que en ese encuentro se aborde la renovación del Acuerdo Provisional para el nombramiento de obispos firmado entre China y la Santa Sede en 2020, que expira nuevamente en pocas semanas, y el juicio de cardenal Zen, obispo emérito de Hong Kong, también inminente. Pero por ahora no hay nada oficial, se trata solo de rumores.

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Excelentes relaciones con el gobierno

Monseñor Mumbiela ha calificado de «óptimas» la relación de la Iglesia católica con el gobierno. «Estamos muy contentos de la libertad religiosa que existe en este país y del espíritu de diálogo que hay por parte de sus autoridades», ha dicho antes de explicar que los ciudadanos tienen plena libertad para vivir sus creencias, aunque las autoridades procuran que no haya una excesiva manifestación de lo religioso en el espacio público. «Se tiene que cumplir la normativa burocrática que marca la ley, al igual que en todos los países, pero con lo que hay, la gente, católica o no, puede vivir su fe sin ningún problema y en paz. Las manifestaciones externas de esa fe tampoco son tan necesarias».

El obispo no ve mal, por ello, que las autoridades hayan pedido a los fieles que no lleven carteles, pancartas o banderas, como sí hicieron en la visita de Juan Pablo II. «En parte lo agradezco como obispo, para que así nos centremos más en lo que la visita es: un encuentro de oración, y nada más», ha dicho. «Cada cual lleva sus oraciones y peticiones a Dios en el interior de su corazón, y lo importante no es que el Papa vea las pancartas, sino que el Señor escuche sus ruegos».

La visita papal es percibida por la Iglesia local —en torno al 1% de la población— como «una gran fiesta de familia». «En esta tierra se quiere mucho al Santo Padre, independientemente de quien sea. (…) Al Papa se le espera y se le quiere», concluye Mumbiela ha terminado su intervención expresando su gran amor a Kazajistán. «Llevo aquí más de veinte años y cuando voy a España, no digo ya que me vea un poco en tierra ajena, pero sí veo ya que mis raíces se están echando aquí… aunque a mi madre le cueste mucho y no le guste».