Los obispos de EE.UU., a los congresistas: «Es hora de decir "basta" al tráfico indiscriminado de armas»
Entre otras medidas, instan a republicanos y demócratas a aprobar urgentemente la Ley de Verificación de Antecedentes y a prohibir por completo las armas de asalto
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Contundente llamamiento de la Iglesia católica en los Estados Unidos a los congresistas de ambos partidos, Republicano y Demócrata, para que aprueben urgentemente leyes que impidan que se repitan tragedias como la de Uvalde (Texas), donde un joven de 19 años asesinó el pasado 24 de mayo en un colegio a 19 niños y dos profesores. «Les imploramos —pide a los legisladores— que se unan al Santo Padre, quien, en su continua expresión de dolor por la tragedia de Texas, ha declarado: "Es hora de decir "no más" al tráfico indiscriminado de armas».
La Conferencia Nacional de Obispos Católicos (USCCB) denuncia en una carta que «en los diez años transcurridos desde la masacre de niños en Sandy Hook, el Congreso ha hecho muy poco para regular estas armas y evitar otra catástrofe». De ahí que urja a cada uno de los miembros del Congreso, a quienes va dirigido el escrito, a trabajar «juntos de forma bipartidista» para hacer «que sea menos probable que estos horribles ataques se repitan».
Los obispos aluden expresamente a varias iniciativas legislativas relacionadas con el control de armas. «Aunque será necesario trabajar mucho más para abordar las causas fundamentales de la violencia con armas de fuego, le animamos a realizar dos mejoras incrementales, pero significativas, en el proceso de verificación de antecedentes de armas de fuego votando a favor de la Ley Bipartidista de Verificación de Antecedentes de 2021 (H.R. 8) y la Ley de Verificación de Antecedentes Mejorada de 2021 (H.R. 1446)», escriben. «También hemos hablado favorablemente de las órdenes de protección de riesgo extremo y apoyamos la aprobación de la Ley Federal de Órdenes de Protección de Riesgo Extremo de 2021 (H.R. 2377)».
«Prohibición total de las armas de asalto»
La carta, que lleva la firma de los presidentes de los Comités de Justicia Doméstica y Desarrollo Humano (arzobispo Paul S. Coakley), Educación Católica (obispo Thomas A. Daly), Laicos, Matrimonio, Vida Familiar y Juventud (arzobispo Salvatore J. Cordileone) y Actividades Pro-Vida (arzobispo William E. Lori), denuncia la incongruencia que supone que se exijan referencias sobre el carácter de la persona que solicita un trabajo, y que no se haga para comprar armas de asalto de estilo militar. En este sentido, los obispos apoyan «una prohibición total de las armas de asalto y las limitaciones en el acceso de los civiles a las armas de alta capacidad y los cargadores de munición»; respaldan «las medidas que controlan la venta y el uso de armas de fuego», así como «la comprobación universal de antecedentes para todas las compras de armas»; y demandan al Congreso «una ley federal que penalice el tráfico de armas». «Esto es especialmente importante, ya que Estados Unidos no solo sufre la violencia doméstica de las armas, sino que es uno de los principales exportadores internacionales», constatan.
La nota de la Iglesia estadounidense recuerda las palabras que el Papa Francisco pronunció en el Congreso durante su visita al país en 2015. «Tenemos que preguntarnos —dijo entonces el Santo Padre— por qué se venden armas mortales a quienes planean infligir un sufrimiento indecible a las personas y a la sociedad». «Lamentablemente, la respuesta, como todos sabemos, es simplemente por dinero: un dinero que se empapa de sangre, a menudo de sangre inocente», añadió.
Los obispos llaman a los legisladores a reflexionar y les dicen que «hay algo profundamente equivocado en una cultura en la que estos actos de violencia son cada vez más comunes». Hablan de «violencia endémica» y reconocen que «ni siquiera las leyes de armas más eficaces bastarán por sí solas para abordar las raíces de estos ataques violentos en nuestro país». Advierten que muchos de los autores de las matanzas indiscriminadas en las escuelas son personas que han experimentado traumas en su infancia, inestabilidad familiar y testigos de abusos físicos y emocionales, y piden abordar el debate de manera simultánea al del declive de la vida familiar.
Nuevas incidentes
La carta del episcopado fue hecha pública el 3 de junio. Ese mismo día en Estados Unidos se produjeron dos nuevos incidentes armados: uno en el parking de una iglesia en la localidad de Ames (Iowa) y el otro en un cementerio a unos 50 kilómetros al sur de Milwaukee (Winconsin). En el primero, un hombre mató a dos mujeres y luego se suicidó; en el segundo, un tiroteo en un funeral, resultaron heridas de bala cinco personas. Unas horas antes un hombre armado había matado también a su cirujano y a otras tres personas más en el hospital Saint Francis de Tulsa (Oklahoma). En las últimas semanas, como recuerdan los obispos, ha habido matanzas igualmente en Buffalo, Dallas y Laguna Woods, además de la de Uvalde.
El mismo día que los obispos, el presidente Biden pidió al Congreso que prohíba las armas de asalto y apruebe leyes más restrictivas. «¿Cuántas carnicerías más estamos dispuestos a aceptar? ¿Cuántas vidas más de estadounidenses inocentes deben ser arrebatadas antes de que digamos basta?», se preguntó el mandatario. Y añadió: «No se trata de arrebatarle los derechos a nadie. Se trata de proteger a los niños, de proteger a las familias. Se trata de proteger a comunidades enteras. Se trata de proteger nuestra libertad para ir a la escuela, a una tienda de comestibles, a una iglesia».