La nunciatura en Nicaragua comunica que el nuncio se «ausenta» del país
Hasta nuevo aviso la misión diplomática queda en manos del secretario de la legación, Marcel Mbaye Diouf
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La nunciatura apostólica en Nicaragua ha comunicado este lunes 7 de marzo que el nuncio Waldemar Stanislaw Sommertag se «ausentó del país» el día anterior y que, a partir de ahora, la misión diplomática queda en manos del secretario, monseñor Marcel Mbaye Diouf, como encargado del negocios.
La nota enviada a la prensa, a las demás misiones diplomáticas y a los organismos internacionales acreditados en el país no especifica si la ausencia del diplomático será temporal o permanente. Tampoco dice nada sobre las causas concretas de la decisión, aunque es público y notorio que desde hace tiempo las relaciones con el gobierno son pésimas.
Acompañante en el diálogo de 2019
En 2019 el nuncio Sommertag trató de mediar entre el gobierno y la oposición para buscar una salida a la crisis política desatada en abril de 2018. El diplomático polaco en nombre del Vaticano, y el exministro de Defensa de Uruguay Luis Ángel Rosadilla en representación de la OEA, actuaron como testigos y acompañantes en la mesa de diálogo puesta en marcha para tratar de alcanzar un acuerdo con la Alianza Cívica opositora.
Ortega dio por clausurado ese diálogo el 30 de julio. Unos meses antes, en abril, el obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez, el prelado más crítico con el régimen de Ortega y Murillo (su mujer y vicepresidenta), anunció que dejaba el país por petición del Papa durante «un tiempo». El obispo carmelita reside desde entonces en Estados Unidos.
En los últimos años la Iglesia nicaragüense ha pedido reiteradamente al gobierno que libere a los presos políticos y respete los derechos humanos. Ha denunciado asimismo que el país adolece de una «auténtica democracia», pues en él no se respeta la independencia y separación de poderes.
En las últimas elecciones, Ortega se alzó con el triunfo previa depuración de cuantos candidatos opositores pudieran hacerle sombra, a los que impidió participar mediante una nueva ley creada ex profeso para ello. Hasta 40 figuras de la oposición fueron encarceladas en los seis meses previos, entre ellas siete posibles candidatos a la presidencia. Una gran parte de la comunidad internacional consideró los comicios fraudulentos. Ni el nuncio Sommertag ni ningún otro miembro de la nunciatura asistieron al acto de investidura de Ortega el pasado 10 de enero.
Supresión de la figura de «Decano del Cuerpo Diplomático»
En noviembre, tras esas elecciones, el gobierno anuló mediante un decreto la figura de «Decano del Cuerpo Diplomático», que, como en otros países, venía desempeñando el nuncio desde el año 2000.
Al mes siguiente, la Iglesia local se vio envuelta en otra confrontación, esta vez a cuenta de Taiwán. Managua decidió romper relaciones diplomáticas con ese país y anunció que desde ese momento dejaba de reconocerlo como país soberano.
«Solo hay una China», argumentó el gobierno en un comunicado. «La República Popular China es el único gobierno legítimo que representa a toda China, y Taiwán es una parte inalienable del territorio chino».
Antes de abandonar el país, para lo que se les dio un plazo de quince días, los diplomáticos taiwaneses pretendieron donar la embajada y otras propiedades a la diócesis de Managua. El gobierno reaccionó airado y dijo que «según la legislación» no cabían transacciones ni traspasos, y que todo acto jurídico en ese sentido sería nulo pues la embajada pertenecía a China.
En los últimos años, el gobierno sandinista se ha pronunciado siempre en términos muy duros sobre los obispos, a los que ha calificado de «terroristas», «golpistas», «lobos rapaces» y «demonios con sotanas».
Actualmente, Nicaragua no tiene embajador ante la Santa Sede. Eliette Ortega, su última representante, dejó el cargo en septiembre.