Se reconocen las virtudes heroicas de Don Tonino Bello, sacerdote al servicio constante de los pobres
Este cura italiano se comprometió fuertemente con la paz y la reconciliación en el mundo e inolvidable fue su peregrinación a una Sarajevo devastada por la guerra de los Balcanes
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Este jueves, 25 de noviembre, el Papa Francisco ha autorizado la promulgación del decreto sobre las virtudes heroicas del sacerdote Don Tonino Bello, un sacerdote al servicio constante de los pobres y de los últimos.
“Tonino” nació en Alessano en 1935 y falleció de cáncer de estómago el 20 de abril de 1993 en Molfetta, en la misma diócesis que dirigía como obispo desde 1982. Don Tonino se comprometió firmemente con la objeción fiscal contra los gastos militares y contra el plan de militarización de la región italiana de Apulia, así como con la paz durante la primera 'Guerra del Golfo' y el conflicto en la ex-Yugoslavia.
Servicio constante de los pobres y de los últimos
Su historia cuenta la de una "Iglesia del delantal", es decir, al servicio constante de los pobres y de los últimos; la de un cristiano "contempl-attivo" (contemplativo-activo), como a él mismo le gustaba decir, es decir, el que "parte de la contemplación y luego deja fluir su dinamismo, su compromiso en la acción", el que nunca separa la oración y la acción; la de una figura fuertemente comprometida con la paz y la reconciliación en el mundo.
Inolvidable es su peregrinación a Sarajevo en el año 1982: la ciudad estaba devastada por la guerra de los Balcanes, pero Don Tonino desafió las bombas y, al frente de un grupo de creyentes y no creyentes de diferentes nacionalidades, intentó poner en práctica “otra ONU”, para demostrar que es posible vivir en armonía
Las palabras del Papa Francisco, recordando a Don Tonino
El Papa Francisco peregrinó en 2018 a la región italiana de Apulia justo cuando se cumplieron 25 años de la muerte de Don Tonino y empezó su visita pastoral siguiendo las huellas del sacerdote, pastor amado por su pueblo.
El Pontífice se quedó unos minutos en silencio en frente de su tumba y agradeció a los fieles por la calurosa bienvenida, “como peregrino en la tierra que vio nacer a Don Tonino Bello”. Francisco reflexionó ese día sobre algunas palabras de gratitud, pronunciadas en su tiempo por el propio obispo: “Gracias, tierra mía, pequeña y pobre, que me has hecho nacer pobre como tú, pero así me has dado la riqueza incomparable de entender a los pobres y poder hoy entregarme a ellos para servirlos”.
"Los pobres son realmente la riqueza de la Iglesia"
“Entender a los pobres era para él una auténtica riqueza, y tenía razón porque los pobres son realmente la riqueza de la Iglesia”, dijo el Papa ese día, destacando la fortaleza de Don Tonino, para vencer la recurrente tentación de "acomodarse con los poderosos de turno, de recibir privilegios, o de perseguir una vida fácil; porque quien sigue a Jesús ama a los pobres”.
“Don Tonino fue un hombre de su tierra, porque en esta tierra ha madurado su sacerdocio”, añadió el Sucesor de Pedro, recordando el enorme valor que tenía la vocación para este “pastor con olor a oveja”, quien amaba llamarla “evocación”: “es decir, una evocación de cuán locamente Dios siente predilección por cada una de nuestras frágiles vidas; incitadas a andar hacia adelante, y soñar con audacia, a descentrar la propia existencia para ponerla al servicio de los demás, con la invitación a fiarse siempre de Dios, el único capaz de transformar la vida en una fiesta”.