Miércoles Santo y San Martín I

Nos encontramos en el Miércoles Santo, el último día completo de la Cuaresma, y dentro de los días menores de la Semana Santa. Es el colofón a los cuarenta días de penitencia para llegar a los Momentos Centrales de nuestra Fe que comenzarán mañana con el Triduo Pascual. El Santoral conmemora en esta última jornada cuaresmal al Papa San Martín I, al que le tocó también apuntalar la Fe en el Resucitado Verdadero Dios y Verdadero Hombre.

Nacido en Tori (Umbría), siendo miembro de la Clerecía Romana, fue elegido Pontífice de la Iglesia Universal el año 649. Durante el Papado, tuvo que condenar la herejía monotelista, que negaba la existencia de dos voluntades en Cristo: la Divina y la humana. Siguiendo la teoría errónea de los monofisitas pensaban que una de las dos voluntades había quedado absorbida por la otra de la misma forma que el monofisismo defendía que una de las dos naturalezas de Cristo había sido absorbida por la otra.

Promovida por el Patriarca Sergio de Constantinopla, pretende ser una reacción a la desviación de Nestorio, llamada monofisismo que señalaba que, en Cristo sólo había una naturaleza y no dos. El III Concilio de Constantinopla hubo de condenar el monotelismo. Ya San Pablo poco antes de ser sacrificado por el Señor Jesús vaticinó un elenco de desviaciones doctrinales que serán esparcidas en el seno de la popia Comunidad Eclesial como así pasó.

Se tenía que cumplir el Pasaje del Evangelio en el que se destaca que el discípulo no puiede ser menos que el Maestro al tiempo que también acentúa la idea de que si el mundo os odia es porque sois mis discípulos y me ha odiado antes a Mí. La trayectoria del Papa Martín I, vino marcada también por el destierro sufrido que le decretó el Emperador Constante, asemjándose a Cristo en la Cruz, y muriendo el Pontífice en el año 656.