Línea Editorial 15/03/2013

Francisco de Asís, modelo para la renovación de la Iglesia

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

1 min lectura

Es pronto para sacar conclusiones, pero el Papa Francisco ha dejado interesantes pistas en su primer día de pontificado sobre qué esperar en un futuro próximo. Al estilo pastoral freso y cercano que dejó ver por la mañana en su primera salida del Vaticano, siguió por la tarde la primera misa con los cardenales. Fue en la Capilla Sixtina, el mismo lugar donde en la tarde anterior resultó elegido obispo de Roma y pastor de la Iglesia universal. La mañana había sido el tiempo de los gestos, y ahora había llegado el momento de escuchar las palabras del Romano Pontífice.Hubo una en particular que llamó la atención en la homilía: la palabra  “movimiento”, que probablemente pueda interpretarse como una invitación a no tener miedo a la renovación de la Iglesia. Pero no fue la única idea central en la homilía del nuevo Papa: nuestra única gloria, les dijo a los cardenales, es Cristo crucificado. No es difícil percibir en esa frase la huella de san Ignacio, que marcado por san Francisco de Asís, formula el ideal del desprendimiento de todo lo mundano hasta la plena identificación con Cristo en la Cruz. Al mismo tiempo fue posible reconocer en las palabras del Papa la huella de los pontificados anteriores. La radicalidad evangélica que expresó ayer Francisco es la misma que vimos en Juan Pablo II o en Benedicto XVI. Lo que ha cambiado es el estilo. Han llegado nuevos aires a la sede de Pedro, y habrá que dejar que el Espíritu Santo nos siga sorprendiendo. Así es como avanza la Iglesia y como se afronta el gran reto de la nueva evangelización.