El español Alberto Mielgo gana el Óscar al mejor cortometraje animado
Este premio es uno de los ocho que la Academia de Hollywood decidió entregar antes de la gala, para aligerar la duración de la ceremonia
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El español Alberto Mielgo ganó con "El limpiaparabrisas" la estatuilla al mejor cortometraje animado en la 94 edición de los Óscar, un premio al que también aspiraba el director chileno Hugo Covarrubias con "Bestia".
Este premio es uno de los ocho que la Academia de Hollywood decidió entregar antes de la gala, para aligerar la duración de la ceremonia. Un resumen de estos galardones adelantados se emitirá durante la retransmisión. Durante la recepción del premio, Mielgo destacó que los nominados de su categoría en esta edición no han sido "mainstream" sino producciones de "bajo presupuesto" y que cuatro de ellos "eran para adultos" y no de temática infantil, como se espera de la animación.
Mielgo lleva más de dos décadas trabajando en el mundo de la animación para gigantes como Disney, Netflix o Sony, pero ahora ha logrado el Óscar con su apuesta más personal: "El limpiaprabrisas", una producción que reflexiona sobre el amor.
Además, ha participado en importantes películas como "La novia cadáver" o "Harry Potter y las reliquias de la muerte". Mielgo añade este Óscar a los tres Emmys que ya tiene en sus palmarés por el corto "The Witness", el cual rodó para la serie "Love, death and robots".
El resto de contendientes en la categoría de mejor cortometraje animado eran "Boxballet", de Anton Dyakov; "Robin Robin", de Dan Ojari y Mikey Please; y "Affairs of the Art", de Joanna Quinn y Les Mills.
Tras más de dos décadas trabajando en el mundo de la animación para gigantes como Disney, Netflix o Sony, el español Alberto Mielgo ha ganado hoy el Oscar al mejor corto de animación con su trabajo más poético y personal, "El limpiaparabrisas". Pintor, diseñador y cineasta, autodidacta en todas esas facetas, Mielgo (Madrid, 1979) descubrió su pasión desde bien pequeño cuando le regalaron un cómic de Tintín.
Aunque se matriculó en una escuela profesional, lo tuvo que dejar porque no se lo podía permitir, según explicó hace unos días en una entrevista con Efe. Su carrera empezó con trabajos en películas infantiles de animación como "La leyenda del pirata Barbanegra" (2001) o "El Cid: la leyenda" (2003). Posteriormente, se fue a Londres donde trabajó haciendo "storyboards" para "La novia cadáver" de Tim Burton, la saga de Harry Potter o vídeos musicales de Gorillaz.