LITERATURA NOVELA

Iacono novela la historia de la violinista que afianzó alianza Alemania-Japón

Lidia Aguilera García

Agencia EFE

Publicado el - Actualizado

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Lidia Aguilera García

El asesor político Yoann Iacono rescata en su primera novela, El violín de Goebbels, la historia de cómo el nazismo tocó las cuerdas del arte al regalar un Stradivarius a Nejiko Suwa, una prodigiosa violinista japonesa que afianzó la alianza entre el Tercer Reich y el Japón Imperial.

La novela, que llegó a las librerías españolas el pasado 5 de septiembre, narra la vida de la violinista más famosa del Imperio del Sol Naciente, una historia verosímil pues, según asegura el autor en una entrevista con Efe, han sido muchos los que le han preguntado qué parte de ficción hay en el relato.

El escritor indica que el corazón de la historia es real y parte del hecho de que Joseph Goebbels, ministro de propaganda del Tercer Reich, entregó en 1943 a la joven Nejiko, de 16 años, un Stradivarius en presencia del embajador de Japón, lo que le permitió tocar en la Filarmónica de Berlín y convertirse en un símbolo del vínculo entre ambos países.

Cuando el novelista francés se topó por primera vez con la historia durante un viaje a Japón que hizo en 2012, casualmente el año en que murió la violinista, para visitar a unos amigos músicos, se percató de que la prensa japonesa no mencionaba nada acerca del regalo de Goebbels.

Una vez que regresó a Francia, Iacono, alto funcionario y asesor político, empezó a investigar sobre la particular vida de Nejiko y llegó a dejar su trabajo para dedicarse completamente a documentarse sobre su vida, lo que le llevó a pasar tres años consultando archivos en Francia, Japón y Alemania.

El acceso a las fuentes documentales fue mucho más complejo en el país nipón, remarca el autor, ya que la revisión histórica no forma parte de las costumbres de su cultura.

Iacono también observa que la civilización japonesa no es muy conocida en Europa, y que la novela presenta la posibilidad de ver con una óptica múltiple lo sucedido en la Segunda Guerra Mundial, a través del personaje de Nejiko, que vivió el conflicto bélico desde la perspectiva alemana, japonesa e incluso estadounidense.

Bajo su prisma, la joven fue manipulada primero por los nazis y luego por los estadounidenses y japoneses, que la obligaron a tocar música occidental en el país asiático para occidentalizarlo, expone el escritor.

Es difícil juzgar a Nejiko porque, para ser justos, haría falta remitirse a las circunstancias del Japón de los años 30, argumenta Iacono, y añade que en el entorno autoritario de la época, donde el emperador era considerado una especie de divinidad humana, las mujeres no tenían derecho a quejarse.

El violín de Goebbels (Duomo Ediciones) también plasma la tensión que se crea entre la protagonista y su instrumento debido a que desconoce su verdadero origen, y apostilla en este sentido que el alma del violín "se resiste a ella" y no se deja tocar por alguien que lo ha robado.

Esta alma metafísica sobre la que interfiere el autor es una pieza real del instrumento, un detalle que descubrió en sus numerosas conversaciones con violinistas profesionales, quienes procesan una mística y supersticiosa estima a sus instrumentos.

Según Iacono, los músicos defienden que es imposible tocar bien sin saber quién ha sido el anterior propietario del violín, pues la mayoría cree que la forma en la que se ha tocado el instrumento afecta al sonido de las cuerdas.

Tras la publicación de la novela en Francia en 2021, el autor cuenta que le contactaron para proporcionarle información sobre el verdadero origen del violín, pues Nejiko nunca buscó al propietario original y optó por no hablar con la prensa y guardar el violín en la caja fuerte de un banco.

Sin embargo, la intención del escritor francés no es ser periodista, ni policía, ni moralista, sino confrontar al lector con la historia para que se plantee qué hubiese hecho él, y advierte que a veces no debemos fiarnos de cómo creemos que actuaríamos en ciertas situaciones.

El ahora novelista, quien confiesa que no hay nada que le estabilice más que escribir, manifiesta que desea continuar explorando el vínculo entre el arte y el poder, una temática que pretende abordar en dos obras más.

En su ópera prima, por la que quedó finalista del Prix Maison de la Presse y cuyo éxito le ha sorprendido, ha querido retratar la instrumentalización del arte desde el ángulo de la música, y desvela que en su siguiente novela histórica pretende hacerlo desde el de la poesía, reflejando la confrontación de un poeta ruso con el poder.

Iacono también adelanta que en su tercera obra se acercará más a la actualidad y mostrará cómo las finanzas han tomado el control del arte contemporáneo que, aunque ya no está sujeto a los toscos y autoritarios trazos del nazismo, esconde tras sus lienzos las sutiles pinceladas de la ambición monetaria.