Marlaska aboga por que Administración y medios colaboren para prevenir la desinformación

El ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, ha advertido del riesgo que suponen para las democracias los procesos de desinformación y ha abogado por la "imprescindible" colaboración entre la Administración y los medios de comunicación para prevenir y enfrentar este fenómeno.

Lo ha hecho este martes durante su intervención en la I Jornada contra la Desinformación, organizada por el Club Abierto de Editores (CLABE), en la que también han participado los ministros de la Presidencia y de Defensa en funciones, Félix Bolaños y Margarita Robles, respectivamente.

Interpelado por la presentadora de su intervención, la presidenta de la Agencia EFE, Gabriela Cañas, Marlaska ha afirmado que los gobiernos disponen de herramientas suficientes para combatir las estrategias de desinformación, aunque "todavía no lo suficientemente afinadas" por lo que se está "trabajando en ello".

En el caso español, ha detallado, es lo que pretende el procedimiento de actuación contra este fenómeno aprobado por el Consejo de Seguridad Nacional en octubre de 2020, que ha creado una estructura para coordinar acciones de monitorización, detección y reacción temprana ante campañas de desinformación.

"La desinformación se combate con información y transparencia. Tanto el Gobierno como los medios de comunicación estamos llamados a asegurar a la ciudadanía el acceso a información veraz y diversa, repito, veraz y diversa", ha destacado el ministro.

Una colaboración, ha dicho Marlaska, para conseguir un marco regulatorio con normas claras y procedimientos ágiles, que las plataformas digitales implanten políticas y metodologías de prevención contra las operaciones de influencia contra ciudadanos e instituciones, y garantizar un "periodismo de calidad, riguroso y honesto".

"Creo con firmeza que administración y medios de comunicación debemos colaborar en la lucha contra la desinformación", ha aseverado Marlaska.

Por su parte, Robles, que ha iniciado su intervención recordando "a todas las víctimas inocentes de los muchos conflictos que hay" y a las mujeres afganas, "absolutamente abandonadas sin que nadie en el ámbito internacional se preocupe de ellas", ha remarcado que el uso de la información y desinformación como instrumentos en un conflicto armado "es tan antiguo como la propia guerra".

La diferencia, ha dicho, es la revolución tecnológica que en los últimos diez años ha propiciado un aumento exponencial de estas acciones de desinformación, ademas de que el anonimato permite la descalificación "permanente y constante" con el objetivo de erosionar los sistemas democráticos.

"Frente a la desinformación, no hay todavía recetas mágicas ni fórmulas magistrales", ha advertido la ministra, que no obstante ha indicado que se debe avanzar en nuevas herramientas, como en la investigación de la inteligencia artificial como tecnología "presidida siempre por valores éticos y morales".

Asimismo, se ha mostrado convencida de que la desinformación exige que "en tiempos de guerras" los medios de comunicación estén en primera línea para contar con transparencia los hechos.