¿Crisis? Los vientos ahora soplan en contra

El profesor de Economía Rafael Pampillón analiza para cope.es algunos indicadores económicos y lo que pueden suponer en un futuro inmediato para la economía española

Colas en una oficina de empleo

Antonio Trujillo

Publicado el - Actualizado

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Los datos del turismo y el paro en agosto, bajando los primeros y subiendo los segundos, han encendido las alarmas de la economía española y han comenzado las preguntas. La primera: ¿estamos a las puertas de una nueva crisis?

Rafael Pampillón, profesor de Economía en el IE Business School y en la Universidad San Pablo CEU, lanza un mensaje de tranquilidad en cope.es,  pero advirtiendo de que hay que estar alerta.

Pampillón analiza algunos factores a tener en cuenta para hacer una radiografía de la situación actual de la economía española, con unos datos que indican una desaceleración de la actividad económica.

El ritmo de crecimiento de los últimos años, el paro, la caída del consumo, la exportaciones, la evolución de los salarios, la subida de los precios, la paralización de las reformas económicas y la situación económica de algunos países emergentes son los elementos sobre los que se analizan la salud de la economía.

En primer lugar, Pampillón recuerda que “la economía ha ido creciendo en los tres últimos años a un ritmo superior al 3 por ciento”. Además, “los datos del segundo trimestre eran de un crecimiento del 0,6 intertrimestral que, multiplicado por cuatro, da un 2,5 por ciento”, por lo que “este año vamos a crecer bien, por encima de la media europea, pero menos que en los tres años anteriores”.

“Es normal que cuando uno está en la fase expansiva del ciclo uno crezca cada vez más hasta que llega un momento en que la economía pasa a una situación de desaceleración y empezamos a crecer a ritmos más bajos”, sostiene el profesor de Economía.

En cuanto al consumo, el indicador de comercio ha tenido caídas interanuales en los tres últimos meses, “eso significa que la economía está sufriendo por el lado de la demanda de consumo”. “La confianza del consumidor también ha disminuido”.

Relacionado con el consumo está la subida de los precios. Para ilustrarlo, Pampillón apunta que “el petróleo estaba a 73 dólares el barril, está ahora a 77 dólares”. “Está subiendo el precio del petróleo, el precio de la energía, el precio de la electricidad…”.

Y esta subida de los precios no va en concordancia con la subida de salarios. “Los precios están subiendo al 2,2 por ciento, que es el último dato de agosto, y ese dato de crecimiento de los precios es superior al crecimiento de los salarios, que están creciendo por debajo del 1 por ciento”.

“Eso es una pérdida de poder adquisitivo”, por lo que “los consumidores también se resienten y consumen menos”. “Eso es lo que está tirando el consumo para abajo”, resume el profesor de Economía, que se apoya en el índice de comercio minorista, cuyos datos de mayo, junio y julio indican una caída interanual de dicho índice.

Otro indicador para dibujar el estado de las finanzas españolas son las exportaciones, que “se han debilitado”. “Las exportaciones de bienes, que crecían al 10 por ciento el año pasado y ahora solo crecen al 2,9 por ciento”, y “también las exportaciones de servicios, como el turismo han empezado a flojear”, enumera Pampillón. “Los ingresos por turismo siguen aumentando, pero el número de turistas está disminuyendo”.

“El conjunto de todo esto muestra una economía que crece menos, que se desacelera, que tiene menos capacidad de generar empleo y, por tanto, hay que tener cuidado y estar ojo avizor”, advierte.

El dato del turismo, con una caída en agosto de casi el 5 por ciento, “es una cosa nueva”. “Después de siete años en que el turismo va creciendo, el que empiece a disminuir es algo nuevo”.

Junto al dato del turismo, también es novedoso, por la cifra y no por la caída, los datos del paro en agosto, un mes que siempre es de bajada, pero que se hayan registrado “más de 200.000 afiliados menos a la Seguridad Social es algo que no se producía en los últimos diez años”. Y aquí se enciende otra luz de alerta: “Estamos en una situación peor que en la que estábamos el año pasado”.

Pero a pesar de ello, en cuanto a los datos del paro, el profesor de Economía se muestra prudente: “Es verdad que este agosto ha sido muy malo, pero es que agosto del año pasado fueron 180.000 afiliados menos. Pero si coges en términos anuales, ha habido un aumento de la afiliación en los últimos doce meses. 500.000 afiliados más. Eso es lo importante”.

También se apoya Pampillón en la revisión de la contabilidad nacional, que indica que “la economía española creció en el año 2015 al 3,2 por ciento, al 3,1 por ciento en el 2016 y solo al 3 por ciento en el 2017”. “Ya los dos primeros trimestres de este año muestran un menor crecimiento económico”.

Con este escenario, el profesor de Economía considera que “subir impuestos es poner palos en las ruedas del crecimiento de la economía”. “Hay que tener cuidado con las políticas económicas que se aplican”, puntualiza.

“Hay que intentar mejorar la productividad, mejorar la competitividad”. Y aquí destaca que “hay datos bastantes positivos de que de la economía está gastando más en innovación, en bienes de capital, en bienes de equipo”, y “eso genera un optimismo que no hay en otras partes del mundo”.

Y ese optimismo no se da en otros lugares porque “hay una desaceleración a nivel mundial”. “Países como la India, China, Argentina, Venezuela, que es una economía imposible”, está viendo como sufren sus finanzas. Y también apunta Pampillón a “las políticas intervencionistas de Trump”, que “generan una situación de desastre económico generalizado, porque las empresas estaban acostumbradas a tener sus cadenas de valor, a producir aquí y allá, a hacer montajes a lo largo y a lo ancho del mundo, pero con esas trabas arancelarias, con ese proteccionismo americano, todo va a peor”. Por lo que “tampoco es que el entorno internacional favorezca el que la economía española mejore”.

El profesor también pone sobre la mesa en este análisis a los mercados: “Estamos teniendo unas caídas en las bolsas importantes”. Recuerda que el Ibex 35 ha estado durante este año “casi en los 9.700 y ahora estamos en los 9.200”. Y ello, con la prima de riesgo aumentando.

Todos estos datos hay que enmarcarlos en la situación política que vive España, con una casi parálisis en el Congreso de las elecciones generales de 2015, que arrojaron primero un gobierno del PP en minoría y, tras la moción de censura del 1 de junio, otro ejecutivo en minoría que tiene que hacer encaje de bolillos para llevar a cabo medidas económicas.

Y aquí, Rafael Pampillón sostienen que “las reformas son necesarias”. “Hay que pedalear, porque si no llega un momento en que la bicicleta se para”.

“La economía necesita permanente reformas”, y dichas reformas tienen que estar “en la línea que aconseja la mejora de la actividad económica, que es la productividad”. Dicha productividad “tiene que ver con los gastos en innovación, con adaptarse tanto en la formación profesional como en las empresas, en los bienes de capital, a la cuarta revolución tecnológica, a todo lo que tiene que ver con la inteligencia artificial, las nuevas tecnologías, la logística que nos viene, los cambios que se están produciendo en las formas de comprar y en las formas de distribuir y de producir, que tiene que ver también con la robotización”.

“Esta es la línea que se debe seguir, una línea de facilitar el que las empresas puedan trabajar a lo largo y a lo ancho, a poder ser con menos trabas administrativas”, resume el profesor de Economía.

Y en el marco de las reformas también están las pensiones, pero de la reforma que se está hablando “va en sentido contrario”. “Las pensiones hay que congelarlas, o como mucho seguir el índice de reposición que estaba previsto”.

“En España nos jubilamos con una pensión que es el 80 por ciento del sueldo que teníamos en el momento de jubilarnos. En Alemania es el 50 por ciento. Son pensiones altas si se comparan con otros países”, considera. Por tanto, “lo que no se puede es subir las pensiones con el IPC como se ha propuesto, porque eso supone un gasto público mayor, más impuestos, y esos impuestos son una mayor traba para la economía”.

Con lo expuesto, Pampillón concluye que “los datos que nos han venido desde mitad de año para acá pues señalan que la economía está en una fase de ralentización”.

Y si a todo se le añade que el Banco Central Europeo puede subir tipos a partir de enero de 2019, que la política monetaria super expansiva se vuelve más contractiva, y que los tipos de interés van a subir, si nos pilla aquí con una deuda pública del 98 por ciento del PIB, esa deuda va a tener un coste más alto en términos de interés. Y eso es más gasto público”.

Por lo que “hay que estar preparados” para un 2019 que va a ser peor en términos financieros”. Eso sí, “va a ser peor para la deuda pública española, pero mejor para la banca, porque a tipos de interés cero es muy difícil ganar dinero. Ahora podrá mejorar también”.

En la misma línea, advierte de que “hay que tener cuidado con el déficit público, porque se financia con deuda, y cualquier déficit público que se quiera aumentar, como se ha propuesto por parte del Gobierno, es un aumento de deuda, y ese aumento de deuda llega un momento en que los mercados te pueden decir: ¿usted va a pagar esta deuda?”.  

Ante esto, el profesor Pampillón expone varias conclusiones:

“Tenemos un petróleo caro, tenemos unas economías emergentes sufriendo y las inversiones españolas sin esas economías están teniendo menos beneficio. Este es un panorama que no es buenos, porque las exportaciones que estaban tirando de la economía en los últimos seis o siete años, pues ahora ya están dejando de tirar tanto”.

“No se puede decir que estamos ante una nueva crisis. Estamos con datos que no son tan buenos como los que teníamos”.

“Hay que ser prudentes, porque el dinero es muy miedoso y no podemos estar anunciando crisis porque la economía se mueve por expectativas, y si las expectativas no son buenas…”

“La tendencia es que los vientos ahora soplan en contra”.