El detalle en el que debes fijarte al pagar con datáfono en un bar para evitar que clonen tu tarjeta

Los ciberdelincuentes siempre están al quite de cualquier desliz en nuestra seguridad que les permita estafarnos.

Cajero automático, archivo

María Bandera

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Los ciberdelincuentes siempre están al quite de cualquier desliz en nuestra seguridad que les permita estafarnos. Fraude en línea, el ransomware, malware, phishing, son algunos de los delitos que por desgracia cada vez nos suenan más familiares.

Estos delincuentes de la red, se aprovechan de las vulnerabilidades en sistemas informáticos para ejecutar unas fechorías que nos pueden complicar bastante la vida. Es por ello que la lucha contra el cibercrimen se haya convertido en todo un desafío para las autoridades.

Les mueven razones de todo tipo, ideológicas, causar daño, pero el fin económico es una de las principales ¿Cómo? Mediante el robo de datos financieros, el rescate de datos o el fraude con tarjetas de crédito.

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Clonar la tarjeta de crédito

Seguramente que nos clonen la tarjeta sea una de nuestras pesadillas más recurrentes. Según datos de Seon, en enero de 2021 se robaron los datos de las tarjetas de débito de nada menos que 500 clientes, mediante clonación de tarjetas en la India.

La clonación se puede hacer de muchas maneras pero la más recurrente es el skimming. Para ponerla en marcha se necesitan dispositivos especiales.

¿Cómo funciona el skimming?

Para ello los ciberdelincuentes instalan unos dispositivos especiales en cajeros automáticos, terminales de pago o en comercios. Lo hacen sobre el lector de tarjetas, aunque cabe la opción de que lleguen incluso a instalarlo dentro del aparato.

Tan sencillo como que cuando introducimos la tarjeta el dispositivo captura la información almacenada en la banda magnética de la tarjeta, que no almacena precisamente pocos datos nuestros: el número de cuenta, el nombre del titular y la fecha de vencimiento.

Cámara oculta

Puede ser que se coloque además una cámara oculta para ver nuestro el PIN.

La información que ha conseguido el aparato se transfiere a los delincuentes, que no tardan mucho en crear una tarjeta idéntica.

A partir de ahí comienza su uso fraudulento, transacciones en comercios, dinero en cajeros, incluso vender nuestros datos en el mercado negro.

Se recluta a un cómplice

Seguro que a nadie se le escapa pensar cómo pueden acceder al datáfono de los comercios para instalar este sistema. Seon explica que se "recluta a un cómplice, alguien con acceso físico a las tarjetas de crédito, por ejemplo, un cajero, un camarero de restaurante, etc, se le entrega una máquina compacta que se utiliza para capturar los datos de las tarjetas" y cuando el cliente entrega su tarjeta al cómplice, como pago, "este pasa la tarjeta por el skimmer, además de la máquina de TPV utilizada para el pago norma"l.

Cajero, archivo

Shoulder surfing

Es otra técnica usada por los delincuentes para ciberestafarnos. En el shoulder surfing obtienen información confidencial, como contraseñas, PIN simplemente observándonos 'por encima de su hombro' cuando ingresamos esos datos por ejemplo en su teléfono móvil.

Atento a los movimientos de tu cuenta

Por eso debemos de estar atentos cuando saquemos dinero del cajero, en terminales de puntos de venta en tiendas o cuando consultemos nuestra cuenta a través de un dispositivo electrónico. Desde luego, se cautos y mirar si alguien nos está vigilando y tapar nuestro número secreto cuando lo tecleemos.

Además es importante revisar regularmente los estados de cuenta, utilizar tarjetas de crédito con tecnología EMV (chip) y claro está, evitar cajeros sospechosos.

Clonación de tarjetas

¿Quién es responsable?

Los proveedores de tarjetas son quienes deben de pagar la factura del dinero perdido en la mayoría de las situaciones, explica Seon.

Para los bancos y otras instituciones que proporcionan tarjetas "esto constituye un fuerte incentivo adicional para salvaguardar sus procesos e invertir en nueva tecnología para luchar contra el fraude de la manera más eficiente posible".

La legislación actual varía según el país, "pero en la mayoría de los lugares se puede recurrir a los servicios del defensor del pueblo para cualquier transacción controvertida, lo que aumenta la presión sobre las empresas de tarjetas"