El euríbor sigue disparado y las hipotecas encareciéndose por culpa de la inflación
Una hipoteca variable de 150.000 euros a 25 años, con diferencial del 1%, costará 130 euros más al mes
Publicado el - Actualizado
2 min lectura
El Mercado ya está descontando la próxima subida de los tipos que hará el Banco Central Europeo en septiembre, y que será de medio punto básico ante la elevada inflación. Con este 1,34% de este lunes, la media del mes de agosto, que es la que se toma en cuenta para actualizar las hipotecas, está ya por encima del 1,1%, su mayor nivel desde junio de 2012.
La mayor parte de las hipotecas en España, un tercio, son variables. Aunque en los últimos años, previniendo esta subida del euríbor, se habían afianzado las de interés fijo. Quien tenga que renovar a partir de septiembre va a sufrir un encarecimiento de la cuota a razón de 85 euros al mes por cada 100.000 euros de crédito. Por ejemplo, una hipoteca variable de 150.000 euros a 25 años, con diferencial del 1%, costará 130 euros más al mes.
Una inflación disparada y una economía en proceso de desaceleración son las principales consecuencias para España derivadas de la guerra en Ucrania, que seis meses después sigue generando una gran incertidumbre económica en toda Europa. Los indicadores macroeconómicos reflejan que el PIB resiste a pesar de la guerra, aunque se vislumbra un otoño complicado, lo mismo que ocurre con la creación de empleo, cuya evolución es buena, pero empieza a dar muestras de fatiga. La inflación, sin embargo, sigue al alza y en la tasa más alta en casi cuarenta años.
El IPC se disparó hasta el 10,8 % en julio, seis décimas por encima de la registrada el mes anterior y la más elevada desde septiembre de 1984, debido principalmente a la subida del precio de la electricidad en casi un 50 % respecto a julio de 2021. Este incremento ha sido impulsado principalmente por el encarecimiento de los productos energéticos (41,4 %), aunque también por otros servicios vinculados al turismo, como los hoteles y pensiones (33,8 %), los vuelos internacionales (21,6 %) o los paquetes turísticos (17,9 %). Respecto la inflación subyacente, que no incluye ni alimentos frescos ni energía, se sitúa en una tasa del 6,1 %, la más alta desde enero de 1993.
Entre abril y junio la economía aceleró el ritmo de crecimiento, con un avance del 1,1 %, que supone nueve décimas más que el registrado en el primer trimestre y que estuvo impulsado por el rebote del consumo de los hogares, a pesar de la elevada inflación. El consumo de las familias se ha recuperado un 3,2 %, después de que cayera en el primer trimestre ante la desconfianza generada por la sexta ola de covid-19 y el estallido de la guerra en Ucrania, lo que provocó un frenazo en seco del avance del PIB (0,2 %) que venía de registrar tasas superiores al 2 % en los dos trimestres previos.